Disturbios en Berja a la entrada en los juzgados del asesino de una mujer

Los agentes disparan al aire para disuadir a quienes querían acceder hasta el detenido

Personas esperan ayer frente a los juzgados de Berja ante la presencia de agentes de la Guardia Civil.
Personas esperan ayer frente a los juzgados de Berja ante la presencia de agentes de la Guardia Civil.
M. J. U · M. A. C. Almería

06 de agosto 2014 - 05:04

El detenido, Hamid de 31 años, llegaba a las 8:40 en el furgón de la Guardia Civil que lo trasladaba desde la Compañía de El Ejido, donde estuvo arrestado durante poco más de 48 horas, hasta la puerta de los Juzgados de Berja. Minutos antes, la Policía Local ya mantenía cerrada al tráfico la calle y la zona se llenaba de efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil que impedían el paso a viandantes y curiosos. Los vecinos y familiares no comenzaron a acercarse hasta pasada más de una hora, mientras el presunto asesino de Mari Carmen continuaba declarando ante el juez.

Minutos después comenzaron a escucharse gritos de corte racista e insultos dirigidos al juez y a las fuerzas de seguridad. Los momentos de tensión máximos se vivieron cuando dos de los familiares de la víctima lograron atravesar el cordón que impedía el paso a la calle principal de los juzgados y donde los efectivos tuvieron que reducir mediante la fuerza al hermano de la fallecida y a una tía suya. Al hombre se le introdujo en el edificio judicial durante un tiempo para evitar más enfrentamientos y que la tensión fuera en aumento. Por parte de algunos individuos incluso se lanzaron botellas de agua contra los agentes.

Éstos tuvieron que utilizar disparos al aire para disuadir la concentración de personas que querían, por todos los medios, acceder hasta Hamid. La rabia de vecinos y familiares producida por la impotencia contenida por no haberse podido acercar hasta el juzgado se desató alrededor de las 12:30 en otro escenario del pueblo, el de la Plaza de la Constitución. A las puertas del Ayuntamiento de nuevo prosiguieron los gritos racistas y la increpación a la Guardia Civil e incluso gritos contra el alcalde de Berja, Antonio Torres. En este punto se produjeron varios daños a uno de los vehículos de las patrullas de la localidad, al que destrozaron el espejo retrovisor, parte de las sirenas y los limpiaparabrisas. En la plaza, otra de las familiares sufrió un desmayo y fue evacuada en un vehículo particular hasta el centro de salud.

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