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España vincula su apoyo a la reforma de la UE a menos tensión en la Verja

  • El Gobierno de Rajoy está visiblemente molesto por las llamadas al embajador. El Ejecutivo critica la filtración de una conversación con Cameron que no se produjo.

El Gobierno español ha reaccionado al varapalo más que serio que le propinó la Comisión Europea (CE), que en su informe tras la inspección que realizó a la Verja de Gibraltar el pasado 2 de julio dictamina que los controles que se han dispuesto en la frontera son "desproporcionados". El Ejecutivo de Mariano Rajoy se mantiene ahora a la espera de que Reino Unido concrete qué reformas quiere para la UE, y en esta tesitura advierte a Londres que si quiere su apoyo para una eventual modificación de los tratados -extremo que requiere unanimidad- sería mejor que no cree tensión con Gibraltar.

El Gobierno español no esconde su extrañeza por los últimos comportamientos de Londres relacionados con Gibraltar. En primer lugar, Madrid considera "desproporcionada y carente de sentido" la última convocatoria de su embajador en Londres, Federico Trillo, como consecuencia del contencioso que mantienen ambos países por la soberanía de las aguas que rodean el Peñón. Reino Unido acusó a España el 17 de julio pasado de violar la legislación internacional al intentar desviar la ruta de varios barcos comerciales que salían y se dirigían a Gibraltar con el objetivo, denunciaba Londres, de "alterar la economía" del Peñón. España reaccionó un día después con un duro comunicado en el que acusaba a Londres de verter "acusaciones falsas" pues el buque de la Armada, en "exquisito respeto" al derecho internacional, pidió salir de las aguas territoriales a esos barcos porque se encontraban parados, vulnerando el derecho de paso inocente.

Pero al Gobierno de Rajoy también le chocó que el Foreign Office revelara una conversación entre el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre Gibraltar que nunca se produjo. Según el Foreign Office, ambos mandatarios hablaron en los márgenes del Consejo Europeo del 27 de junio en Bruselas y Cameron "dejó claro que no podían volver a repetirse los incidentes del verano pasado", en alusión a la crisis que provocó el lanzamiento al mar por parte de Gibraltar de 70 bloques de hormigón.

Desde el Ejecutivo español aseguran que, precisamente en esa cumbre, que fue corta, Cameron y Rajoy no hablaron. Madrid ha pedido explicaciones por ese malentendido sin que hasta la fecha Londres haya ofrecido una aclaración convincente. El Gobierno español está determinado a mantener su política actual con respecto a Gibraltar porque está convencido de que es "lo que tiene que hacer", por mucho que Londres proteste.

Desde el Ejecutivo de Rajoy se considera que las convocatorias sistemáticas de Trillo cada vez que se produce un incidente en las aguas no provocan "ningún fruto". Es más, las citadas fuentes lanzan una advertencia a Londres: si necesita la ayuda de España para permanecer en la UE "ésta no es la mejor manera de lograr" ese respaldo. "Cuando estás en algo muy importante como es tu pertenencia a la UE y para eso requieres comprensión y apoyo de otros estados miembros, crear un clima de tensión [en relación con Gibraltar] no ayuda a que mires con simpatía esas otras cuestiones", explican desde el Gobierno.

Cameron ha prometido que, si gana las elecciones en 2015, convocará un referéndum para que los británicos se manifiesten sobre su voluntad de permanecer o abandonar la UE. Pero antes de la consulta, quiere dar tiempo para renegociar la relación entre Londres y la UE.

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