"Hoy construimos un puente más". Así resumió ayer el presidente del Alentejo portugués, Joao de Deus Cordovil, el nacimiento de la interregión que unirá las dos comunidades sureñas de Portugal con Andalucía. Hasta ahora, cuatro comunidades autónomas españolas habían establecido este tipo de agrupaciones con comunidades fronterizas, por lo que la de Andalucía, el Alentejo y el Algarve constituye la quinta del país, aunque el objetivo expresado en la ciudad costera de Faro es que la interregión sea un primer paso para crear una Agrupación Europea de Cooperación Territorial, una entidad mucho más avanzada, con entidad jurídica propia y un presupuesto particular.

El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ejercerá durante dos años la primera presidencia rotatoria, de tal modo que será quien marque la agenda de los inicios de esta unión. Griñán ha escogido a Portugal como el segundo país que visita durante su mandato. El primero, Marruecos, en el que estuvo a finales de septiembre, también podría aportar una interregión, aunque mucho más complicada por encontrarse fuera de las fronteras europeas. Este tipo de agrupaciones están primadas por los presupuestos europeos, aunque, como mantuvo Griñán, con el actual escenario financiero, esta interregión no nace sólo "por los fondos europeos, sino por la cooperación entre nosotros, que se podrá financiar con recursos propios o de la UE".

Entre las prioridades, figura la mejora de la comunicación entre ambos lados del Guadiana, que fue la referencia geográfica más citada por los presidentes de las tres regiones reunidos en Faro, capital del Algarve. En la actualidad, sólo un puente comunica a esta regiones, el del Guadiana, aunque Portugal está a punto de culminar su parte sobre el río Chanza, que unirá las poblaciones de Paymogo, en Huelva, con San Marcos, en Portugal. El proyecto de un tercer puente, entre Sanlúcar de Guadiana y Alcautín, correspondiente a Fomento, está parado. Griñán tiene previsto hablar con las autoridades portuguesas sobre la línea de AVE entre Faro, Huelva y Sevilla, una idea que viene de lejos y que últimamente está siendo muy contestada en Portugal, al igual que la Madrid-Lisboa -ésta de carácter prioritario-, pero que también encuentra detractores en unos momentos en que el Gobierno luso debe acometer un importante recorte del gasto público.

Una de las primeras obras que acometerá la Junta es el dragado de los primeros 1.500 metros del río Guadiana, y es que este espacio se debe convertir en un área paisajística protegida con un aprovechamiento turístico, de ahí la importancia de mejorar su navegabilidad.

Las regiones del Algarve y el Alentejo suman nueve millones de habitantes del país vecino, y cuentan con un pasado de carencias muy similares al de Andalucía. El Algarve, sin embargo, dejó de ser una región de convergencia (las más subvencionadas por Bruselas) después de la última gran ampliación de la Unión Europea. Sí diferencia a Andalucía de las dos regiones portuguesas la condución de comunidad autónoma y el hecho de que sus presidentes, por ejemplo, no sean elegidos en unas elecciones directas.

Según explicó Griñán, la agenda de estos primeros años debe tener en cuenta la mejora de las infraestructuras y del intercambio de los servicios sanitarios y educativos entre las poblaciones vecinas, pero también tiene que contener la creación de asociaciones empresariales entre ambos países, en especial en los sectores turísticos y agroalimentarios. Una de las ideas es que se puedan ofertar paquetes turísticos para las tres regiones.