Andalucía

El PP blindará a sus alcaldes

  • El Gobierno aprobará antes de mayo la elección directa del regidor con el 40% del voto La propuesta incluye una segunda vuelta para apoyos por debajo de ese porcentaje. El voto popular se reagrupa ante el fenómeno de Podemos y la fragmentación

LAS próximas elecciones municipales, las de mayo de 2015, se pueden parecer en su resultado a las primeras, las de 1979, cuando los llamados pactos de izquierdas -básicamente, entre PSOE, PCE y PSA- colocaron alcaldes opositores a la UCD en la mayor parte de los ayuntamientos. Ante ello, el PP y el Gobierno central preparan una reforma de la ley de régimen general electoral para blindar a sus alcaldes ante la más que posible fragmentación del voto. De salir adelante esta reforma, los candidatos que obtengan más del 40% del voto y mantengan una distancia de, al menos, cinco puntos respecto a la segunda formación se convertirían en alcaldes de modo directo y a su grupo se le otorgaría la mitad más uno de los concejales para impedir mociones de censura. Para porcentajes menores, la propuesta que ahora maneja el PP aplicaría una segunda vuelta, en la que los ciudadanos elegirían al alcalde entre los dos candidatos con mejor resultado.

Fuentes populares explicaron a este medio que en septiembre se pondrá en marcha el mecanismo legal para tener todo resuelto antes de las elecciones de mayo de 2015. Los populares intentan ahora que esta fórmula, que da estabilidad a los ayuntamientos aunque erosiona la democracia representativa establecida en el Pleno de concejales, sea apoyada por otros partidos, incluido el PSOE. Rajoy ha encargado tanto la propuesta como las negociaciones a Javier Arenas, su vicesecretario de política municipal y autonómica.

En el PP entienden que el PSOE, como partido mayoritario, también saldría beneficiado de la reforma legal, pero el nuevo secretario general, Pedro Sánchez, la rechaza de pleno. Los populares están abiertos a modificaciones, aunque los plazos son innegociables: el sistema debe estar vigente antes de mayo de 2015. Mariano Rajoy aseguró el viernes pasado que le parece "razonable" que el alcalde sea el candidato más votado.

Esta aspiración del PP, la de la lista más votada, se materializaría con esta reforma, aunque con matices. No siempre sería alcalde el más votado, ya que ello supondría arrojar a la basura al Pleno municipal, que es la representación de la ciudadanía, sino aquel que obtuviera más del 40% de los votos. De hecho, la mayoría absoluta de concejales se consigue muchas veces con porcentajes similares. Pero lo que está claro es que, al día de hoy, esto no ha sido un problema, ya que la lista más votada gobierna en el 90% de los ayuntamientos españoles. Es la irrupción de Podemos y el debilitamiento del bipartidismo lo que lleva al PP a sacar adelante una reforma para la que cuenta con mayoría.

La mayor parte de los alcaldes del PP en Andalucía -al menos, todos los de las capitales y grandes ciudades- gobierna con mayoría absoluta del Pleno y apoyos mayores al 40%, pero las próximas elecciones municipales podrían suponer un deterioro de todos ellos si hay un comportamiento similar al de las pasadas europeas. Esto ocurre en casi todo el país. De hecho, aunque el resultado de las elecciones europeas dejó abrumado al PSOE, hasta el punto que supuso la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba, las alarmas saltaron en muchos ayuntamientos andaluces. El PP volvía a perder en grandes ciudades como Sevilla y en poblaciones costeras donde hacía décadas que ganaba en todos los comicios. Aunque en las municipales la personalidad del candidato desdibuja las fronteras ideológicas, y en ello han sido maestros los alcaldes y alcaldesas andaluzas del PP, un comportamiento similar al de las europeas, haría peligrar hasta los liderazgos que hasta ahora están más consolidados. Con la reforma del 40%, la supervivencia de estos alcaldes no dependería del baile del último concejal, el que da la mayoría absoluta, sino de mantener un respaldo sólido aunque no se obtenga la mitad más uno de los ediles.

Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla, logró gobernar en 2011 gracias a una amplia mayoría de 20 concejales, pero el PP quedó en segundo lugar en su ciudad en las pasadas elecciones europeas. Nadie en su partido podía prever este resultado. Su liderazgo local parece que no está en peligro, pero sí su Alcaldía si la misma mayoría de izquierdas se materializa en mayo de 2015. El PSOE mantiene que los alcaldes populares en riesgo son el sevillano, el onubense, Pedro Rodríguez, y el jiennense, José Enrique Fernández de Moya.

Las elecciones de mayo de 2015 no van a ser otras municipales cualquiera. Ni en España ni en Andalucía, donde la presidenta de la Junta, Susana Díaz, vuelve a encontrarse con una oportunidad real que respalde su liderazgo mediático. Sus aspiración pasa por reconquistar dos o tres capitales, más otras tantas diputaciones. Aunque no lo haya expresado así, lo de Sevilla también es una apuesta personal: reside en esta ciudad, ha sido concejal de su Ayuntamiento y ha vuelto a confiar en el candidato Juan Espadas, quien ya se enfrentó a Zoido sin éxito alguno en las pasadas municipales.

Para el nuevo presidente del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, mayo de 2015 también supone un nuevo examen. Su salida a escena en las europeas anticipaba un fracaso de su flamante lanzamiento, que puede materializarse si al PP le van mal las cosas en las municipales. Los populares andaluces han sostenidos sus últimos éxitos sobre sus alcaldes: son ellos los que le dan la importante presencia territorial y son ellos los que fueron abriendo paso en un territorio que les era muy poco proclive.

El PP repetirá las candidaturas en todas las alcaldías de capitales andaluzas, incluida la de Jaén, donde su regidor ha dado muestras de querer dejar el cargo. El PSOE sólo tiene claros los candidatos de Sevilla (Juan Espadas) y Málaga (María Gámez), quizás Córdoba, con Isabel Ambrosio, pero los elegirá en octubre en unas elecciones primarias que se celebrarán en todo el país.

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