Dos roteños muy unidos

Los 'alcaldes' y candidatos de PP y Roteños Unidos, Eva Corrales y Lorenzo Sánchez, comparten triunfos y procesamientos.

Pedro Ingelmo

08 de mayo 2015 - 10:24

Con un lacito azul, los senadores populares han entregado un regalo al único municipio de la provincia que le dio la victoria al PP en las elecciones andaluzas, la villa de Rota. El regalo, no por regalo inmerecido, todo lo contrario, justo hasta clamar al cielo, consiste en que el tercio del término municipal, 5.000 acres de litoral, ocupado por una base militar de uso conjunto, pague el IBI y el impuesto de vehículos y el resto de impuesto que pagan los 29.179 mortales -sin contar a los estadounidenses- que habitan estos 84 kilómetros cuadrados. Desde que la Base se instaló en Rota por la firma de un convenio de 1953, el ayuntamiento no ha visto un duro por haber entregado este territorio.

“El PSOE es como el perro del cazador, que se pone a cagar cuando hay que coger la pieza”, dice Lorenzo Sánchez, el líder de Roteños Unidos, que aprovecha (él sí) la pieza que le ha entregado el partido de su socia de gobierno municipal, Eva Corrales, la que es alcaldesa, aunque en Rota hay quien dice que el alcalde siempre ha sido Lorenzo. Maldades que se escuchan en los bares. La cuestión es que los senadores socialistas votaron en contra de este convenio. Carnaza de la buena para un político local que sabe la música que le gusta escuchar a muchos de sus vecinos. Roteños Unidos no es un partido recién llegado y Lorenzo Sánchez tampoco. El partido es el más veterano de todos los independientes de España (lleva más de treinta años) y el candidato, Lorenzo, fue por primera vez cabeza de cartel en el año 99, pero llevaba de segundo desde el 91.

El hecho es que los dos, Eva y Lorenzo, comparecen juntos en el salón cultural de la fortaleza conocida como Castillo de la Luna, preciosa casa consistorial. La alcaldesa Corrales es el poli bueno y agradece y felicita a los roteños por estos dos millones de euros que llueven al año el mismo día que empieza la campaña municipal. El alcalde Lorenzo es el poli malo, que advierte que a sus compañeros socialistas en el Ayuntamiento les ha visto hacer “cacicadas absurdas”. El baile ha empezado.

Apenas hay fricciones en este tándem que ha gobernado en la villa de Rota en la última legislatura, un tándem de dos personas que reconocen que se caen muy bien desde que en 2007, en una debacle del PP, Roteños Unidos ganó las elecciones con diez concejales, a uno de la mayoría absoluta. Lorenzo tendió la mano al maltrecho PP y entregó la tenencia de alcaldía a Eva, que sólo tenía cuatro. Cuando en las siguientes elecciones ganó el PSOE con diez concejales, los seis y los cinco de Roteños y PP sirvieron para desbancar a la lista más votada. En la siguiente, en 2011, una justicia poética les hizo empatar a siete. Y Lorenzo, caballero, entregó la alcaldía a la lista más votada.

En fin, que ayer compartían este éxito repartiéndose los papeles, del mismo modo que han compartido unas cuantas visitas a los juzgados, repartiéndose igualmente los papeles. Los dos principales candidatos, y favoritos a ganar, no están imputados: están procesados. Tres autos de procesamiento que penden sobre la cabeza de Antonio Sanz, delegado del Gobierno en Andalucía y líder in pectore del PP provincial. Ha arriesgado mucho manteniendo a la candidata. Eva Corrales dijo ayer: “Gracias a Antonio Sanz, que ha hecho posible este convenio para todos los roteños”.

Ellos dos han celebrado el welcome to Rota a los americanos que llegan por el escudo antimisiles y el ayuntamiento que dirigen a cuatro manos ha colocado, bajo una pantalla led, una oficina de cooperación justo a la entrada de la Base. Tiene tres banderas: la de Estados Unidos, la de España y la de Rota (algo deshilachadas). La trabajadora municipal que se encarga de esta oficina de cooperación dice que está teniendo mucho éxito, que cada día se acercan por allí unos 25 norteamericanos para preguntar por las más variadas cosas, desde dónde comerse una paella a cómo hacerse voluntario, quizá por aquella imagen que tienen de nosotros de que en España las estamos pasando canutas. Y seguramente, en buena parte delos roteños, no les falte razón.

Saludo a Cristóbal Colón. “No soy Cristóbal Colón”. “Ah, no? Lo pareces”. “Soy Bartolomé Pérez, naturalmente”. Él dice que no, pero va tal cual Cristóbal Colón. Pérez, lo pone en un plaza de la fortaleza del Palacio de la Luna, fue un marino roteño, el piloto de la carabela San Juan en el segundo viaje de Colón al nuevo mundo. Y Bartolomé no es Bartolomé, sino Rafa, disfrazado de Bartolomé, que en lo que va de año ya ha atendio 4.000 visitas contándoles aquellas viejas historias de gloria océanica. Juega con el tiempo: “No tengo maravedíes para la máquina de refrescos”, dice a los niños. Rafa estudiaba en Madrid, pero no había forma de ganarse la vida como actor y se volvió a su pueblo a integrarse en la compañía teatral Bombastic. Va tirando y percibe que, entre los más jóvenes de Rota, hay una necesidad de cambio, de otros aires en el Ayuntamiento, “pero no sé si se producirá. Es cierto que también hay mucha gente acostumbrada a este gobierno.No lo sé, no sé qué pasará. Sí que pienso que Rota está expectante ante un cambio”.

Un compañero de Rafa va un poco más allá sobre su quiniela: “Si hay más gente que depende de, pues habrá más control. Si dos personas trabajan con una empresa que trabaja con el ayuntamiento, su padre, su abuelo y su primo votará a quien da trabajo a esas dos personas, aunque sea sólo un trabajode vez en cuando”. “¿Y hay mucho de esto en Rota?” “Yo diría que sí, aunque es todo muy extraño con lo del proceso judicial”. Y, a continuación, sigue contándoles a los niños de qué piedra está hecha la fortaleza.

En personajes ilustres, versión wikipedia, figura, junto a Bartolomé Pérez, Teresa Rordríguez, la líder andaluza de Podemos, criada junto a la calle Charco, en la zona más comercial de Rota. Su familia sigue siendo comerciante y preguntamos a en un establecimiento Rodríguez, pero Merche, su prima, avisa que de política no habla, aunque sí habla de comercio en Rota, que ahora parece que hay algo más de vida “porque hasta ahora éramos unos pocos los que nos manteníamos todo el año. El resto venía en verano y se cansaba en invierno”.

Rota es un pueblo cuidado. Ahora, con lo de las elecciones, renuevan el acerado en la calle Amapolas, por ejemplo, a la salida de la villa. En un bando, el Ayuntamiento invita a la población a encalar fachadas sin pedir licencias. Quizá ahora con dos millones de euros más y unos miles de americanos más pegue otro impulso. ¿Quién lo gestionará? Las urnas y los juzgados lo decidirán.

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