Andaluzas 22M

El debate de Podemos se queda en un mitin que proclama el fin del miedo

  • Teresa Rodríguez contesta a Susana Díaz que se deje de declaraciones y que se atreva a un cara a cara con ella en televisión.

Podemos estaba ayer en el centro del tablero de la campaña. Las reglas son las reglas y la fuerza política emergente, cuyo coincidente auge desmoscópico no puede ser un error, no estaba en el debate a tres de Canal Sur que monopolizó la jornada. Ella se encontraba, mientras Susana Díaz y Juanma Moreno se lanzaban pullas, con Maíllo en medio, en el salón de un hotel siguiendo la evolución de sus contrincantes electorales, rodeada por su joven equipo de veinteañeros y treinteañeros sumergidos en sus gadgets informáticos. Antes de que la noche terminara en picnic, apenas si se lanzó algún comentario sobre lo que allí se estaba viendo. Caras de aburrimiento. Un tuit que alguien lanzó sobre que el atril de Moreno parecía el bolsillo de Doraemon (risas) y la mención de Díaz a la dependencia (algún gesto de indignación) sacudieron el sopor. De vez en cuando, Rodríguez tomaba alguna nota.

Y ahora le tocaba a Podemos. La idea era pedir preguntas a los ciudadanos y la candidata las contestaría desde la plaza de la Concordia de Jaén por la tarde. En esas estaban, con el formato, cuando Díaz lanzó una andanada contra Rodríguez que empezaba con una crítica por no acudir al debate de los minoritarios, seguía por el aborto, continuaba por el PER y acababa con supuestas políticas contra Andalucía. Desconcierto: ¿a qué ha venido lo del aborto?

En cualquier caso, no era la mano tendida, que Podemos repite en sus mítines, sino un guante lanzado. A lo largo de la tarde hubo propuestas, algunas muy divertidas, de cómo contestar a la presidenta, pero media hora después de la hora indicada Teresa Rodríguez salió al escenario Podemos con una gran sonrisa y simplemente dijo "muy tranquila, señora Díaz, siéntese a debatir conmigo".

A continuación, el monodebate. Se dijo que habían llegado 3.500 preguntas y que se habían seleccionado las más votadas. Las más votadas, al parecer, fueron grandes bloques temáticos que abocaron el debate a uno, o "debate con los ciudadanos", a un mitin más donde se describió una realidad sabida de paro, servicios públicos deteriorados, corrupción y opacidad.

Rodríguez defendió, entre otras muchas cosas, energías renovables, que generan más empleo, el fin de servicios externalizados "que hacen negocio con la necesidad de la gente", una auditoría de las cuentas públicas que permitieran al ciudadano con un solo clic comprobar el estado de "la cuenta común" y que esta auditoría se extendiera a la "administración paralela", limitación de los mandatos, que los ciudadanos, a través de firmas, puedan pedir comisiones de investigación cuando se sospeche de la honestidad de un político, incentivar economía social comprometida con el territorio y olvidarse del "bienvenido míster Marshall" de las grandes corporaciones multinacionales...

A cada una de las propuestas añadió un latiguillo: "Es fácil, es sencillo, no da miedo".

Pero quien esperara un formato más original, una respuesta innovadora, se quedó con un mitin.

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