Andaluzas 22M

El mensaje es Susana

  • La candidata del PSOE sitúa Almería como símbolo de la marea de ilusión que recorrerá Andalucía el 22-M.

La marca es Susana. A secas. No necesita ni las siglas del partido ni el tutelaje del líder nacional. Los socialistas son conscientes de que el éxito o fracaso de la campaña electoral que acaba de arrancar está en manos de sola una persona: aquella "chica de la Presidencia" que ya ha hecho historia convirtiéndose en la primera mujer en asumir el Gobierno andaluz pero que aún tiene pendiente el verdadero desafío de cualquier político: medir en las urnas su carisma como cabeza de cartel y su propio liderazgo.

Está dispuesta a conseguirlo el próximo 22 de marzo: "Seré la primera mujer en ganar las elecciones en Andalucía". Lo dijo bien claro y bien alto anoche ante el medio millar de personas que abarrotaron el Teatro Cervantes para celebrar que la líder de los socialistas haya elegido Almería para lanzar la campaña de las autonómicas, les haya devuelto la esperanza -del primero de los candidatos al último de los simpatizantes saben que la victoria depende... de Susana Díaz- y haya situado esta provincia, uno de los feudos históricos del PP, como símbolo de la marea de "ilusión y esperanza" que recorrerá Andalucía el 22-M.

¡Cuánto ha cambiado la campaña frente a la de hace tres años! Entonces los socialistas salieron a "resistir la ola azul de recortes y sufrimiento de la derecha"; ahora salen a "ganar ampliamente para que Andalucía dé el salto que merece". Ese "ganar bien" que la secretaria general del PSOE-A ha venido reclamando durante toda la precampaña: "Quiero mirar a los ojos a mi hijo y decirle que hemos dejado una Andalucía mejor de la que nos dejaron nuestros padres".

Lo va a hacer en el momento de mayor incertidumbre de nuestra democracia. Y ha sido ella quien lo ha decidido así, en este premeditado laboratorio electoral del que toda España está pendiente, al adelantar un año los comicios. Todas las encuestas sitúan al PSOE como primera fuerza pero la mayoría absoluta se resiste. Nada tiene que ver, además, esta posición inicial de ventaja con el puzle que, previsiblemente, surgirá tras las votaciones del 22 de marzo y que hará muy compleja la gobernabilidad. Aunque ni el bipartidismo está muerto aún ni la irrupción de los nuevos partidos puede darse por decisiva en el mapa andaluz, sí hay una conciencia clara de que a partir del 22-M nada será igual. La necesidad de "cambio" que todos invocan, los grandes partidos apelando a la estabilidad y los nuevos apostando por una transformación radical, llegará con independencia del resultado electoral. Y lo hará por dos motivos: porque es la propia sociedad la que ha hecho saltar todas las alarmas alejándose de la política y porque son los partidos los que tienen que garantizar su supervivencia convenciendo de que siguen siendo útiles.

A ello se emplea Susana Díaz cada vez que sube al atril. En demostrar que nada hay de derrotismo en el Partido Socialista -aunque lleven 32 años gobernando en la comunidad- y que es la "fuerza del Sur" la que ha de impulsar una ola de cambio en España. Con "sensibilidad", contrarrestando la política de recortes con que el Gobierno central lleva tres años "castigando Andalucía". Por eso es a Rajoy, no al candidato del PP a la Junta, a quien sigue dirigiendo sus críticas y lanzando sus mensajes. Más aún cuando tiene hasta cinco visitas previstas y ha desplegado a medio Ejecutivo para apoyar a Moreno Bonilla: "¿No dicen que el roce hace el cariño? Pues espero que, de tanto rozarnos, empiece a cogernos cariño y empiece a devolvernos lo que nos ha quitado estos tres años".

El Andalucía tiene mucho que decir con que el PSOE-A quiere volver a ganarse la confianza ciudadana -que se crece con el #YoConSusana que arrasa dentro y fuera de las redes sociales- parte de estos planteamientos y bebe de aquel movimiento de autoestima de los 80 que culminó otorgándonos una autonomía de primera y fijando ese equilibrio territorial que ahora se vuelve a poner en cuestión con el desafío catalán. Es la parte más emotiva del mensaje socialista, la que más conecta con el Felipe González del 82 y la que centra los discursos de la candidata del PSOE a la reelección: "Porque hubo un 28-F hay un 22-M".

Por eso Susana Díaz insiste en que no se "conforma con ganar" y en que quiere hacerlo "bien" para poder "terminar la tarea" que los socialistas empezaron entonces. "Hay quien gritará, ofenderá, recurrirá al chiste fácil. Nosotros no lo haremos porque tenemos ilusión, propuestas, soluciones. Sólo levantaremos la voz cuando se ataque a esta tierra", advirtió en alusión a los ofensivos vídeos que el presidente de Extremadura ha lanzado alimentando los tópicos del pueblo andaluz grasioso y subsidiado.

En 2012, el objetivo de José Antonio Griñán en la campaña era no perder demasiado frente a un Javier Arenas que todos, incluidos los socialistas, daban por ganador. Anoche, Susana Díaz salió a ganar sabiendo que las mayores exigencias se las ha impuesto ella misma y que ha decidido asumirlas en primera persona. El presente y el futuro de los socialistas, en Andalucía pero también en España, está pendiente de Susana. Como diría McLuhan, el mensaje es Susana.

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