¿Qué es el Tribunal Eclesiástico?
El cura Rafael Vez es juzgado desde este jueves por un órgano diocesano formado por cinco sacerdotes y un laico
El sacerdote isleño Rafael Vez Palomino se enfrenta desde este jueves a la posibilidad de ver suspendido durante más tiempo su ministerio sacerdotal, que de hecho lleva interrumpido desde noviembre de 2020 por decreto episcopal, así como a la posibilidad de no volver a ejercer como profesor del Seminario ni como canónigo de la Catedral, donde era Maestro de Ceremonias. Todo ello está siendo juzgado desde hoy por el Tribunal Eclesiástico de la propia diócesis, primera instancia de la causa abierta contra Vez.
La Iglesia Católica dispone de organismos jurídicos propios que juzgan por medio del Derecho propio de la Iglesia aquellas causas vinculadas o relacionadas con cuestiones espirituales y leyes eclesiásticas. Algo que en cada diócesis realizan los denominados tribunales eclesiásticos, que es el órgano encargado de ayudar al obispo (que el Código de Derecho Canónico considera juez de primera instancia de su diócesis) en esta misión judicial.
Para esta labor se forman determinados sacerdotes especializados en Derecho que forman el tribunal, habitualmente vinculado a los procesos de nulidad matrimonial, que es su principal ocupación. En el caso de la diócesis de Cádiz, el Tribunal Eclesiástico está compuesto por cinco sacerdotes y un laico. Así, este órgano dispone de un juez y presidente, que en este caso es el vicario judicial, Pedro Velo; dos jueces adjuntos, los sacerdotes Antonio María Alcedo y Guillermo Domínguez Leonsegui; dos promotores de Justicia, los también sacerdotes Didier Octavio Jiménez y Cristóbal Flor (a su vez, este último, secretario-canciller del Obispado y párroco de Santo Tomás); y un notario, Elías Velo (un laico hermano del vicario judicial).
En la causa contra Vez Palomino adquiere especial protagonismo Didier Octavio Jiménez, que ha sido nombrado juez instructor, ante el que este jueves ha declarado Rafael Vez. Por su parte, Zornoza nombró como Promotor de Justicia para este caso a un sacerdote de la diócesis de Córdoba, Rafael Rabasco.
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