La música zarpa del muelle de Cádiz
Música
Concluye la nueva edición del Festival No sin Música que ha llenado durante tres días el recinto portuario de la capital de buenos ritmos y de un público con ganas de recuperar sensaciones

Acabó una nueva edición del Festival No sin Música, que durante tres días ha devuelto el baile al muelle de Cádiz tras dos años de cancelación por la pandemia. Desde que el festival atracó en el recinto portuario el pasado jueves hasta zarpar ayer rumbo a un próximo verano, un total de 24 bandas procedentes de distintos puntos de España, con la presencia internacional de los suecos de Mando Diao, han pasado por los dos escenarios dispuestos en el Muelle Ciudad para seguir los conciertos.
La tarde de ayer, la última del festival, arrancó con Shinova, quienes dedicaron su repertorio al reencuentro, toda una oda a los fans a la música que ahora sí pueden disfrutar de bailar en una pista, de abrazarse, besarse y quererse.
El público pese al asfixiante calor que superó con creces al de las dos jornadas precedentes, aprovechó la media sombra del recinto para no fallar a su cita con Shinova. Aún así conforme los minutos pasaban, los impuntuales prefirieron aguantar al sol a perderse la música de este grupo vasco que pisaba el No Sin Música por segunda vez.
Y es que Shinova empezó fuerte. Nada menos que con El álbum. Un tema conmovedor por la forma en que está escrito y cómo lo defienden en el escenario. Si hay que quedarse con un momento es con Mirlo blanco, por el ambientazo que generó, y Qué casualidad, el hit de Shinova que hizo que Gabriel de la Rosa se bajara a cantar con su gente.
El final del concierto fue una celebración, una comunión perfecta entre público y grupo. Su canción Volver dice lo siguiente: “Prometeremos coincidir cada diez años aquí”. Así terminaron. Seguramente, su público y Cádiz esperan que pasen menos años para la vuelta de este grupazo.
Lo siguiente fue un cambio de escenario y de tercio en toda regla. Del indie pop se pasó a algo indescriptible con Los Jaguares de la Bahía. Desternillante y curiosa puesta en escena de un grupo que combina sus momentos de pura calidad musical con la comicidad. Todo un descubrimiento y son de El Puerto. Mientras avanzaban en su repertorio, podía verse a los foráneos buscar en sus móviles más información sobre este grupo. Por descubrimientos así, en este caso en el escenario destinado a los artistas emergentes, valen la pena los festivales como el No sin Música, cuya historia se remonta en Cádiz al año 2013.
Cierto es, como queda dicho, que esta última jornada del festival coincidió con una tarde de mucho calor, lo que hizo que algunas personas tuvieran que ser atendidas por los servicios sanitarios presentes en el muelle gaditano.
Con la música no pudo ayer ni el breve corte de luz, unos cinco minutos, que afectó a varias zonas de Cádiz sobre las ocho menos cuarto pero que no llegó al festival ni impidió que los conciertos siguieran sonando. Aún quedaba mucha música por bailar con Los Enemigos, Alis, Lori Meyers, Santero y Los Muchachos, Miss Cafeína, Space Surimi y Varry Brava. Estos últimos, como si fuera una recogida, ya bien entrada la madrugada.
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