Black Sun | Crítica

Sol y sombras

  • Dominique de Saint Pern narra la "vida loca y extravagante" de Harry y Caresse Crosby, fundadores del legendario sello Black Sun, en el París de los años veinte

Harry y Polly (Caresse) Crosby el día de su boda, en septiembre de 1922.

Harry y Polly (Caresse) Crosby el día de su boda, en septiembre de 1922.

En el imaginario del viejo siglo XX, el París de la Generación perdida, meca de la edad del jazz y las vanguardias, de los expatriados norteamericanos y de los escritores y artistas de tantas otras nacionalidades y procedencias, tiene la fuerza de un mito que ha sido explorado hasta la saciedad, pero por debajo de los nombres principales y los episodios más difundidos hay muchos otros que definen de igual modo la atmósfera desenfrenada e irrepetible de la década larga que transcurrió entre el final de la Gran Guerra y el crac del 29. Fue el caso de la pareja formada por Harry y Caresse Crosby, artífices del legendario sello Black Sun Press –que en apenas un par de años acogería en su catálogo a autores tan significados como James Joyce, D.H. Lawrence, T.S. Eliot, Ezra Pound, Ernest Hemingway, Archibald MacLeish o Hart Crane– y mecenas, promotores e intermediarios entre las literaturas francesa y angloamericana, con centro en la ciudad de la luz y sucursal en la pujante metrópolis neoyorkina.

Biógrafa de dos escritoras excepcionales, la estadounidense Dorothy Parker y la danesa Karen Blixen, más conocida por su seudónimo de Isak Dinesen, Dominique de Saint Pern ofrece en Black Sun. Cuando editar era una fiesta un fascinante retrato del matrimonio, que fue el segundo para Caresse –antes llamada Mary o Polly Peabody– tras un divorcio escandaloso de su primer marido. El título de la edición española –en el original, Les amants du Soleil noir– dialoga con el que recibió en castellano la famosa obra póstuma de Hemingway, A Moveable Feast, una expresión que como bien dice Jordi Doce, en el estupendo prólogo escrito para la ocasión, refleja asimismo lo que la trayectoria compartida tuvo de "juerga portátil", de fiesta interminable en sucesivos escenarios, de celebración hedonista y embriaguez creadora.

Harry Crosby (Boston, 1898-Nueva York, 1929) vestido de uniforme. Harry Crosby (Boston, 1898-Nueva York, 1929) vestido de uniforme.

Harry Crosby (Boston, 1898-Nueva York, 1929) vestido de uniforme.

El pulso narrativo de la biógrafa imprime a la historia el ritmo vertiginoso que le es propio

Fundado en 1927, Black Sun fue en sus orígenes un sello artesanal, minoritario y exquisito, favorecido por el capital con el que contaban sus impulsores –poetas que se autoeditaban sus libros, al principio bajo la marca Editions Narcisse– pero también por su buen gusto, por su aprecio de la sensibilidad modernista y por las estrechas relaciones que mantenían con buena parte de la sociedad literaria parisina. Saint Pern se remonta en su biografía a los orígenes de ambos, jóvenes distinguidos y carismáticos que se saltaron todas las convenciones para llevar en la capital francesa una vida arrebatada y libérrima. Sobrino del magnate J.P. Morgan y genuino integrante del patriciado de Boston, Harry Crosby se había alistado como voluntario en la fuerza expedicionaria que combatió en Francia, estuvo en el infierno de Verdún –sirvió, como Hemingway, en el cuerpo de ambulancias– y fue condecorado por el valor demostrado durante la evacuación de los heridos del frente. Siete años mayor, Caresse, aún llamada Polly, venía de un matrimonio desastroso que le había dado dos hijos. Desafiando las normas de la puritana sociedad de Nueva Inglaterra, se casaron en Nueva York y partieron de inmediato a Europa para integrarse, como tantos compatriotas, en el efervescente París de entreguerras.

Harry, un romántico de estirpe decadentista, cultivaba con ahínco la pulsión autodestructiva

"Venda 10.000 dólares en acciones. Hemos decidido llevar una vida loca y extravagante", le comunicó Harry a su padre. No mentía. Entregados a una espiral de excesos –drogas, alcohol, costosos caprichos, sexo desaforado–, los Crosby se convirtieron en personajes ineludibles, pero sus inclinaciones libertinas no niegan su generosa contribución editorial, en la que cabe enmarcar el apoyo a la vanguardia de Transition. Harry, en particular, un romántico de estirpe decadentista, cultivaba con ahínco la pulsión autodestructiva, que sumada a su creciente interés por el esoterismo –se obsesionó con el culto al sol: Shadows of the Sun es el título de su diario póstumo– acabó en tragedia. Saint Pern, cuyo excelente pulso narrativo imprime a la historia el ritmo vertiginoso que le es propio, abre y cierra su biografía con el oscuro episodio de su suicidio en 1929, pactado en compañía de su última amante. En los inicios mismos de la Gran Depresión, los cuerpos de ambos aparecieron en su habitación del Hôtel des Artistes de Nueva York, uno de los sucesos que señalaron o más bien simbolizaban el final de una era.

Caresse Crosby (New Rochelle, 1891-Roma, 1970). Caresse Crosby (New Rochelle, 1891-Roma, 1970).

Caresse Crosby (New Rochelle, 1891-Roma, 1970).

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