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Alonso toma el mando y Toyota triunfa en Le Mans

Toyota se sacudió los fantasmas del pasado y, sin que casi nada le fallara, se impuso por primera vez en las 24 Horas de Le Mans, un triunfo que llegó por la implacable actuación del TS050 Hybrid en el que Fernado Alonso imprimió su sello de piloto.

Toyota quería a Alonso para ese momento y el asturiano no decepcionó. Lo mejor que aún alberga en su conducción, junto a un coche con una fiabilidad a prueba de bombas, permitieron a la marca japonesa enterrar una serie de episodios en el circuito de La Sarthe que le han perseguido hasta convertirse en un azote. El año pasado, la negación de Toyota en Le Mans fue absoluta, y entregó casi en bandeja la victoria a Porsche. Pero la madre de todas las desgracias fue en 2016, cuando el Toyota de Kazuki Nakajima se paró en la línea de meta cuando sólo le quedaba por recorrer la última vuelta. Dos años después, quizá Toyota no ha querido rizar el rizo con Alonso como último piloto en entrar con el coche en la meta para la gran fotografía y le volvió a dar la oportunidad a Nakajima para que hiciera las paces ya con la historia. Así, Toyota inscribió su nombre en el palmarés de Le Mans por primera vez.

Para el recuerdo quedarán muchas batallas en la larga pista de La Sarthe (13.626 metros). Para Alonso también quedarán episodios que entrarán en la historia del trazado francés, como la persecución al líder (el argentino Pechito López) que llevó a cabo en su primer relevo. O la remontada durante la madrugada, cuando entró en el coche en la segunda tanda con una desventaja de 2.20 minutos que le había dejado su compañero, el suizo Sebastien Buemi, y la dejó en menos de un minuto.

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