Asignaturas a lomos de las olas

Hay una escuela sin pizarras y donde el recreo está en el mar, entre las olas. El colegio más divertido del mundo, donde se enseña con la seriedad que garantizan profesores licenciados en Educación Física, titulación especial y todas las horas del mundo de experiencia. Esa academia soñada por niños y mayores existe y está en la playa vejeriega de El Palmar bajo la denominación de Escuela de Surf El Palmar Vejer-Costa. Durante todo el año, Álvaro Gómez Álvarez, su director, junto a un equipo de monitores que forman Mario Aguilar Nieto, Guillermo Villar Álvarez, Lorena Batista Amador y Manuel Castro Altamirano, se encargan de enseñar el excitante arte de cabalgar sobre las olas. "Tenemos a niños desde 5 años hasta personas adultas, he llegado a dar clases a un señor con 60", recuerda Álvaro Gómez, Alvarito para los amigos, uno de los pioneros del surf en Cádiz y que ha hecho de su afición por el mar y por el deporte su profesión. De hecho, es profesor de Educación Física en el colegio de La Palma y ha sido preparador de la selección júnior de Brasil en el Mundial de surf, donde quedó segunda en la general por equipos y tuvo en sus filas al campeón mundial.

La Escuela de El Palmar, la única con permiso del Ayuntamiento de Vejer y la Demarcación de Costas para dar clases en esta playa, está sponsorizada por Quick Silver, la primera marca mundial en patrocinio a escuelas y campeones, entre ellos, el archiconocido Kelly Slater. Su director recuerda que hay mucho intrusismo profesional en la especialidad y que no es lo mismo "saber hacer surf, meterte en el agua con tu tabla y coger unas olas, que enseñar a hacerlo, porque no todo el mundo está preparado para ello".

Álvaro, que asegura que cuanto antes se empiece a practicar el surf "mejor que mejor, para desarrollar coordinación y equilibrio", hace hincapié en la importancia de enseñar a los que empiezan nociones meteorológicas o de condiciones del agua, para que, ante todo, conozcan los peligros.

La escuela trabaja durante todo el año, pero, evidentemente, el mayor volumen de trabajo se produce en verano. Por 100 euros se puede contratar un paquete de cinco clases de hora y media de duración cada una, incluyendo en el precio el material (tabla y traje especial).

Álvaro asegura que El Palmar, por frecuencia de oleaje y calidad de arena, es una de las mejores de Andalucía para practicar el surf, aunque "en Canarias sobre todo hay playas buenísimas. En el País Vasco, que tiene mucha fama, no tanto, aunque las escuelas trabajan todo el año, siempre que las condiciones del agua lo permitan, y están bien organizadas".

El pasado año fueron 446 los alumnos que pasaron por la Escuela de Surf El Palmar Vejer-Costa, y este año esperan superar esa cifra. "Viene mucha gente de fuera, sobre todo en septiembre", confiesa Álvaro, que ya se encuentra enfrascado también con la preparación del III Campeonato de la Escuela que tendrá lugar en el puente de diciembre.

Álvaro reconoce que la afición al surf en Cádiz ha crecido enormemente en los últimos años. "Cuando yo empecé a practicarlo éramos 30, todos nos conocíamos. Ahora puede haber 1.000 tíos en Cádiz que practiquen surf, y muchísimos más en toda Andalucía. Hay gente de Sevilla o de Jerez que también lo hace y se mete cientos de kilómetros para poder practicarlo".

Al preguntarle si el surf es una forma de vida asegura que "en cierta forma sí, porque vives siempre pendiente del mar. Lo primero que hago al levantarme es mirar por la ventana para ver cómo están las olas". Nos explica que el mayor enemigo de las olas es el viento, "que las estropea, sobre todo, al menos en las playas de Cádiz, el viento del Sur, porque las desbarata. Las más bonitas surgen con las del viento del norte y el levante moderado".

Álvaro, que acaba de llegar de las Maldivas, donde reconoce que ha surfeado "montañas de agua que te dan un subidón de adrenalina" anima a todos los que no han experimentado nunca la sensación de volar sobre el mar a pasarse por El Palmar. "Que lo prueben, porque seguro que repiten". Con buenos profesores, todo es mucho más fácil.