El Cartaya se marca el mejor partido de la temporada y con uno menos desnuda a un Pozoblanco que venía en plan gallito. Jacobo y Carreras ponen la diferencia en el marcador y el Rodríguez Salvador despide a su equipo con una sonora ovación. A veces es simplemente con mover una pieza para que encaje el puzzle. Cierto que a todo ello hay que sumarle argumentos. Pero antes también y todo era invierno puro, mientras que ahora suena a primavera a pesar de las gélidas temperaturas. Así es el fútbol y así hay que aceptarlo. El caso es que el Cartaya suma dos victorias consecutivas por primera vez en lo que va a temporada y respira de una forma clara y encima sonriendo.

El Cartaya, creyente en la nueva doctrina de Noé Carrillo, sabía que ganar era conseguir vida y esperanza. Y justo cuando peor lo tenía por la estúpida expulsión de Novoa, al que se le fue la pierna y la cabeza, el conjunto rojinegro se armó de valor y argumentos para desplumar al Pozoblanco.