Cilic, el gigante que conoce lo peor y lo mejor del tenis

El croata, que estuvo sancionado por dopaje, conquistó el US Open

Cilic posa con la copa en el observatorio del edificio Top of the Rock.
Cilic posa con la copa en el observatorio del edificio Top of the Rock.
Sebastián Fest (Dpa) Nueva York

10 de septiembre 2014 - 05:02

Croacia ya tiene a dos gigantes campeones, aunque lo que diferencia a Marin Cilic, que conquistó el US Open arrollando por 6-3, 6-3 y 6-3 al japonés Kei Nishikori, de Goran Ivanisevic, ganador de Wimbledon 2001, es que conoció lo peor y lo mejor del tenis en apenas un año. Doce meses atrás, Cilic no podía jugar en el circuito debido a una suspensión por un positivo en un control antidopaje. Doce meses después se consagró campeón del US Open.

"Si se trabaja duro, los frutos llegan", sintetizó el balcánico de 198 centímetros tras celebrar tirado sobre el cemento de Flushing Meadows su histórico triunfo.

Cilic nació en Medjugorje, en Bosnia-Herzegovina, pero representa a Croacia y reside en Mónaco. El fútbol es su otra pasión más allá del tenis, juega cada vez que puede y sigue los partidos del Milan, pero todos esos gustos nada extravagantes quedaron atrás con la noticia que le llegó el año pasado, cuando dio positivo en abril por el estimulante niketamida.

Los casos de dopaje nunca se conocen de inmediato, porque requieren de un proceso delicado y lento. Así, el croata jugó hasta mitad de 2013, pero desapareció del circuito en junio y volvió en octubre. En el medio hubo una batalla legal, pero el programa antidopaje del tenis lo suspendió por nueve meses. El jugador reconoció su responsabilidad, aunque alegó que la sustancia llegó a su organismo a través de unas tabletas de glucosa que le compró su madre. De esta forma, logró que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) redujera a cuatro meses la suspensión al calificar de "accidente" la presencia de la niketamida. Así y todo, la carrera de Cilic ya estaba marcada por una suspensión por dopaje, algo que ningún deportista quiere exhibir en su currículum.

Fuera del circuito, Cilic se dedicó a entrenarse y a trabajar en mejorar hallando sus propias debilidades: el servicio. "Con 198 centímetros tenía un servicio dubitativo. Trabajamos mucho, ahora marca dos aces por juego y es uno de los dos jugadores que más saques directos anotó en lo que va de la temporada. Nunca había estado en ese nivel", explicó Ivanisevic, ahora entrenador de Cilic.

Algo de eso se vio en el juego final de su contundente triunfo sobre Roger Federer en semifinales del US Open: Cilic conectó tres aces consecutivos y un notable revés paralelo para romper el sueño del suizo de ganar un decimoctavo Grand Slam. Al grito grave y profundo en el instante de la victoria le siguió un abrazo con todo su equipo, que un año atrás tenía en sus manos a un marginado tenista que ahora es una estrella.

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