Djokovic, ahora o nunca

El serbio, que sufrió para doblegar a Murray en la semifinal, está ante su mejor oportunidad para conseguir el único Grand Slam que le falta Wawrinka confía en dar la campanada

Ignacio Encabo (Dpa) París

07 de junio 2015 - 05:02

Novak Djokovic tiene ante sí una inmejorable oportunidad para ganar hoy (15:00) ante Stanislas Wawrinka su primer Roland Garros e inscribir su nombre en los altares del tenis. Frenado durante seis años por Rafael Nadal, el serbio dio esta vez un golpe de efecto tras eliminarlo en cuartos. Ahora o nunca, parece decirle la historia.

Campeón de ocho Grand Slam, Djokovic nunca pudo ganar sobre la arcilla francesa, territorio de Nadal desde 2005, a excepción de la edición de 2009, en la que se impuso Roger Federer.

Desde que arrancó 2015, el balcánico nunca escondió que la Copa de los Mosqueteros era su gran objetivo de la temporada. Si hoy es él el que la recibe de manos del ex tenista Gustavo Kuerten se convertirá en el octavo hombre en ganar el career Grand Slam.

"Probablemente estoy en el mejor momento de mi carrera, de mi vida. Soy una persona muy completa, satisfecha dentro y fuera de la pista", declaró Djokovic, de 28 años, tras vencer a Nadal. Tiene toda la razón el número uno del mundo, campeón de los cinco grandes torneos que disputó en 2015 y que en todo Roland Garros sólo sufrió ayer para cerrar su semifinal ante Andy Murray.

Superado el británico por 6-3, 6-3, 5-7, 5-7 y 6-1 en un partido que fue aplazado el viernes con 3-3 en el cuarto set por una amenaza de tormenta, Djokovic alcanzó su tercera final en la arcilla francesa directo al panteón del tenis, en el que parece tener un lugar reservado. Wawrinka es su último escollo para convertirse en el octavo hombre de la historia en ganar los cuatro grandes tras Fred Perry, Don Budge, Roy Emerson, Rod Laver, Andre Agassi, Roger Federer y Nadal.

La final en la cancha Philippe Chatrier promete emoción: no sólo porque los dos aspiran a su primer Roland Garros, sino también por sus últimos precedentes en las grandes citas. Sus cuatro últimos duelos en Grand Slam se decidieron en un quinto set, alguno de ellos de infarto.

"Él nunca ganó aquí, es algo que lleva intentando conseguir mucho tiempo. Para mí es mi primera final, es especial, seguro que va a ser un gran partido", valoró Wawrinka, número nueve del mundo y que perdió 17 de sus 20 enfrentamientos con Djokovic. No obstante, el suizo siempre lo exigió al máximo. El primer duelo al límite que disputaron fue en los octavos del Abierto de Australia en 2013, cuando el serbio se impuso tras cinco horas por 1-6, 7-5, 6-4, 6-7 (5-7) y 12-10.

Un año después, Wawrinka se tomó la revancha al eliminarlo en los cuartos de la misma cita por 9-7 en el quinto parcial. Días más tarde ganó su hasta ahora único trofeo de Grand Slam después de doblegar a Nadal. Djokovic acumula ocho grandes y la de hoy será su decimosexta final. Por esa experiencia, el número uno que luce de forma incontestable y su racha de 28 triunfos seguidos lo convierten en indiscutible favorito.

"Ha ganado cada gran torneo que ha jugado este año. Pero lo repito, nunca ganó el Abierto de Francia. Los dos vamos a estar nerviosos", aseveró Wawrinka, de 30 años y que en cuartos dio una exhibición con su derecha plana y su revés a una mano para doblegar a Federer. "Sé que él no está feliz cuando yo hago mi mejor tenis. Cuando juego del modo más agresivo no se encuentra cómodo", indicó el helvético. A eso apelará Wawrinka, a descolocar a Djokovic con sus golpes fuertes y colocados y a moverlo por la pista.

El suizo entrenó ayer mientras Djokovic estaba todavía jugando contra Murray, si bien el serbio confía en llegar en buena forma al trascendental partido de esta tarde y que supone su gran asignatura pendiente. "Todo lo que quede de energía dentro de mí lo voy a dejar en la pista, espero que sea suficiente". Suficiente, nada menos, que para ganar su noveno grande y colocar su nombre a la misma altura de otras grandes leyendas.

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