Empate que frena a los dos equipos
Getafe y Villarreal firman tablas en un encuentro marcado por la grave lesión del central Musacchio
Getafe y Villarreal empataron a uno en el Coliseum Alfonso Pérez y se frenaron mutuamente en sus objetivos de sellar la permanencia y apuntalar sus opciones europeas, respectivamente, en un partido accidentado con una lesión gravísima de Musacchio y numerosas tarjetas amarillas que impidieron el normal desarrollo del juego.
El cuadro madrileño dirigido por Pablo Franco, a un paso de la salvación, necesitaba una victoria para encadenar tres consecutivas y sumar 38 puntos, casi los necesarios para, teóricamente, seguir un año más en Primera.
Por su parte, Marcelino apostó por hacer rotaciones. Siguió con su costumbre de dar minutos a jugadores que no entran habitualmente en sus planes. Algo parecido hizo Franco. Uno de sus mejores valores, Pablo Sarabia, vio el encuentro fuera del once titular. Igual que Emiliano Velázquez, que cedió su hueco a Naldo en el centro de la defensa. No fue una decisión demasiado acertada. El central brasileño anda algo errático y estuvo con bastantes dudas.
Sin embargo, esa indecisión de uno de los ejes del cuadro azulón no afectó al juego del Getafe, que desde el inicio se adueñó de la pelota y fue el equipo que puso el fútbol sobre el césped. Aunque lo hizo sin verticalidad y con pocas ideas en los metros finales. Todo ese dominio del primer acto no se vio recompensado con demasiadas ocasiones. Apenas un disparo lejano de falta de Pedro León que inquietó al escaso público del Coliseum y un disparo de Álvaro Vázquez fueron las credenciales que presentó el Getafe antes del descanso.
Con todo, los jugadores se marcharon al vestuario con muchas más cosas que decir en la reanudación. Prácticamente protagonizaron 45 minutos iniciales de tanteo y la guerra aún estaba por llegar.
Uche fue el primero en disparar. Cuando el público estaba aún sentándose en sus butacas, el nigeriano no desperdició un penalti cometido por Lacen en el área chica.
El equipo de Franco se rehízo pronto. No tardó en responder en un partido totalmente diferente al de la primera parte y fue Diego Castro quien se encargó de establecer la igualada con un cabezazo tras un centro de Roberto Lago. Entonces, a falta de media hora, las oportunidades se sucedieron en ambos bandos, aunque ya no habría más goles. Lo que sí deparó el partido fue la escalofriante imagen de la lesión de Musacchio. El central abandonó el campo con su tobillo izquierdo totalmente doblado, al sufrir una fractura de peroné. Con diez sobre el campo -el Villarreal ya había hecho sus cambios-, aguantó el empate.
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