Wimbledon

Ferrero se enfrenta a Murray y también a su obsesión

  • El recuperado español, nervioso por volver a estar arriba, juega hoy su baza para las semifinales

"¿Por qué no has traído la raqueta?" "¡No me tires la bola así!". El español Juan Carlos Ferrero protestaba así a su entrenador. Está impaciente, tiene prisa por volver a ser lo que fue en el mundo del tenis. Lo puede lograr hoy si bate al británico Andy Murray en Wimbledon en cuartos de final.

Antonio Martínez Cascales, su técnico de toda la vida, está calmado. Su principal misión en los últimos cinco años ha sido inculcar paciencia a su pupilo, obsesionado con regresar al número uno del mundo, con volver a ganar Roland Garros, con ser finalista del US Open. Con ser el que fue en 2003.

"Ha sido tal vez obsesión", confirma Cascales. "Siempre lo ha querido hacer demasiado rápido. Para llegar al 10 primero tendrás que llegar al 20 y luego al 15. No del 25 al 10 directo", agrega.

"Esas prisas le han impedido subir más allá del puesto 16-17 estos años", es el diagnóstico del entrenador, que ve a Ferrero "más protestón" a los 29 años. "Es un impaciente, pero es algo propio de su generación, de estas edades. 'Quiero el teléfono ya y ahora, quiero ser el número 10 ya y ahora'. Y eso no puede ser. Puede ser que sea por ambición", comenta Cascales el "pecado" de su recuperado pupilo, héroe de la primera Davis de España en 2000.

Ferrero es de nuevo el centro de atención. Los fans lo esperan para un autógrafo, le desean suerte. Es el único español vivo en el All England Club. Concede entrevistas. Resplandece en la hierba.

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