Guadalcacín-Ceuta | Crónica

Duro castigo en el Fernández Marchán (1-5)

  • El Guadalcacín empata el gol inicial de Willy pero falla un penalti con 1-3 y acaba desfondado ante un Ceuta superior que penaliza los errores locales

Iván sale de puños para despejar un balón que buscaba Fran Jiménez.

Iván sale de puños para despejar un balón que buscaba Fran Jiménez. / Vanesa Lobo

El Guadalcacín prosigue su particular vía crucis en la temporada 2018-19 y ante un Ceuta muy superior sufrió un calvario -encajó la derrota más abultada del curso en casa- que no fue sino un reflejo de lo que está padeciendo el equipo esta campaña: le cuesta muchísimo marcar -volvió a fallar un penalti, y ya van tres- y paga muy caros los errores en defensa. Si a esto se unen las carencias propias -los dos centrales eran dos centrocampistas, en el eje del medio campo había dos juveniles y el equipo empieza a acusar la acumulación de minutos por la falta de recambios- y las virtudes de un Ceuta que evitó el pelotazo y siempre intentó jugar el balón, ahí se explica el 1-5, un duro castigo para los locales y justo premio para los visitantes.

Y es que salvo en el tramo inicial, siempre se jugó a lo que quiso el Ceuta. El Guada arrancó como siempre, tan voluntarioso como peleón, pero tras el cuarto de hora inicial eso no le llegó ante un rival que no entró en la pelea del juego directo, rechaces y segundas jugadas sino que bajó el balón al irregular césped artificial del Marchán (para que luego digan que ahí no se puede jugar) y combinó en corto y en largo, buscando las bandas y las triangulaciones por el centro para llegar a Lebrón.

Y con las fuerzas todavía igualadas, el duelo empieza a desequilibrarlo Jony, un diablo con el balón en los pies, que no dio por perdido un balón bombeado sobre la línea de fondo que rescata y con un rapídisimo giro de cintura se queda encarando a Lebrón, la defensa reacciona pero tarde y Willy ya está celebrando el 0-1 tras rematar a placer el pase de la muerte de su compañero.

De nuevo a contracorriente, el Guada hace de tripas corazón y trata de empujar hacia arriba, y en una recuperación de Marín por la derecha mete en la banda para Juanjo, que pone un excelente centro -una 'banana' de dentro a fuera- que Fran Jiménez remata con el alma a bocajarro empatando cinco minutos después.

Pero como a perro flaco todo son pulgas, de una falta a favor del Guada va a llegar la del 1-2. Luis Castillo trata de buscar a Marín en la banda en vez del centro, corta Jony y cuando llega al medio campo mete en diagonal -Gómez llega tarde y le cuesta la amarilla- a la derecha, donde Beni corta la contra en una falta muy cerca del córner. Willy la templa, la defensa no despeja y Víctor toca lo justo para despistar a Lebrón.

El 1-2 es un mazazo para el Guada, que quiere pero no puede. David Camps trata de sorprender desde muy lejos a Lebrón, que vuela para desviar a córner, y Polaco no marca de cabeza por poco en un saque de esquina al primer palo, ya con el jerezano de central -empezó de lateral izquierdo- tras la lesión de Borja, que obliga a Juan Ramón a retocar líneas. Sin llegar a Iván, el Guada encaja el tercero a un minuto del descanso, en un cambio de orientación de Chakir -ahora lateral izquierdo- a la banda derecha, donde Migue progresa y mete un pase de la muerte que, entre David Camps y Luis Castillo -al que el árbitro concede la autoría del gol- acaba en la red.

Mendoza intenta revitalizar al Guada cambiando posiciones y dando entrada a David Piñero, atropellado por Chakir dentro del área en un balón bombeado después de que Jony perdonase ante Lebrón. Pero como a perro flaco todo son pulgas, en el penalti Iván adivina el lanzamiento de Fran Jiménez y de lo que pudo ser el 2-3 que revitalizara a los locales, en diez minutos se pasó al 1-4 al hacer de las suyas Willy por la derecha y poner el balón en el segundo palo para que Migue rematase a placer.

De ahí al final el Ceuta trató de dormir el partido y mantener la posesión ante un Guada desagrando y cada vez con menos fuerzas, y encima sin suerte, porque un centro de Willy desde la izquierda tocó en un defensa local lo justo para que se le quedase botando a Ismael, que fusiló con la zurda el quinto.

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