El Jerez Industrial ha sufrido en Cabra una derrota que va a tardar en olvidar. Los de Javi Rivas afrontaban el encuentro con la necesidad imperiosa de ganar para poner fin a seis jornadas seguidas sin cantar victoria. Pero en el campo del Egabrense se ha encontrado "una encerrona", según palabras de Manuel Queijo, presidente industrialista, que afirmaba tras el encuentro que "hacía tiempo que no vivía algo así en un campo de fútbol".

El equipo jerezano se adelantó en el marcador con un tanto de Juli Pendín en la primera mitad, en la que el Egabrense se quedaba con un jugador menos por una patada a la altura del estómago a Kevin. Una roja directa de libro. Los blanquiazules perdonaron un par de ocasiones claras para abrir más la ventaja, pero no las materializaron y en la segunda mitad las cosas se torcieron.

En la recta final del encuentro, "el línea de la banda derecha le dice al árbitro que hay un penalti que nadie más ha visto. Todos nos quedamos sin saber qué pitaba", apunta el presidente industrialista. A raíz de esa jugada, Javi Rivas es expulsado y el Egabrense empata por medio de Carlos.

Lo peor, no obstante, estaba por venir. "En un balón largo, Zarzuela llega antes que el delantero de ellos y despeja el balón y luego chocan". Es la jugada del segundo penalti, con el tiempo ya cumplido y que enerva al banquillo blanquiazul. López es expulsado y "un aficionado de ellos salta al campo", explica Queijo, por lo que el árbitro decide detener el partido hasta la llegada de la Guardia Civil, que no se produce hasta casi 20 minutos más tarde.

Moi entra para intentar detener el penalti, pero el local Javi anota el 2-1 que daba la vuelta al partido ante la indignación de la expedición jerezana.

Con esta derrota, el Jerez Industrial cae una plaza más en la zona de descenso y ya está a cuatro puntos de la zona que, en principio, marca la salvación.