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El Málaga ahonda la crisis local

  • Un gol de Sandro en el minuto 39 da la primera victoria a Míchel

Carlos Castro y Traore luchan el balón con Camacho.

Carlos Castro y Traore luchan el balón con Camacho. / J.L. Cereijido / efe

Un gol de Sandro en el minuto 39 dio la victoria al Málaga frente al Sporting, la primera con Míchel como entrenador, que deja a los locales en una situación muy crítica, con el descenso a Segunda cada vez más cerca.

Los gijoneses afrontaron este encuentro en precarias condiciones, ya que Rubi no pudo contar con nueve jugadores por culpa de las sanciones y las lesiones.

Desde el inicio del partido quedó patente lo que se jugaban los dos equipos, ya que las imprecisiones y las interrupciones fueron constantes, aunque los malagueños parecían más entonados y suyas fueron las primeras llegadas con cierto peligro.

Sin embargo, la primera ocasión clara fue local, en una combinación entre Carlos Castro y Carmona que culminó con un disparo de éste que salió ligeramente cruzado.

Pero la más peligrosa estuvo en las botas de Traore, que peleó por un balón en el área pequeña y remató a media vuelta, aunque Kameni, que se había lanzado hacia un lado, estuvo rapidísimo y rectificó sacando una mano que evitó el gol rojiblanco.

Por parte del Málaga, era Keko el que más ocasiones creaba. En una acción suya los andaluces se adelantaron en el marcador con un gol de Sandro que remató solo un centro de su compañero, que se aprovechó de un error en el despeje de Canella.

La primera ocasión de la segunda parte también fue visitante, pero Santos, en inmejorable posición cerca del punto de penalti, remató muy alto. A esa acción siguió una contra local en la que el balón llegó a Carlos Castro, quien profundizó en el área pero no llegó a rematar.

Traore volvió a desperdiciar una clara oportunidad tras un gran pase de Babin, incorporado al ataque para el saque de una falta, pero el africano se entretuvo en el remate y permitió a Ricca despejar a córner.

Rubi decidió prescindir del delantero y dio entrada a Dani Ndi para ganar velocidad en las acciones ofensivas. Sin embargo, nada cambió. Los locales apenas creaban peligro y cuando se acercaban a las inmediaciones de la portería visitante se mostraban muy lentos en sus acciones, lo que permitían a los defensas reaccionar para solventar la situación.

Rubí dio entrada al delantero del filial Pablo Fernández y los rojiblancos se lanzaron al ataque tratando de minimizar los daños, pero Kameni volvió a salvar a su equipo en el lanzamiento de una falta a cargo de Burgui que superó la barrera pero no al portero.

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