Baloncesto l Copa del Rey

Paseo a las semifinales

  • El Joventut solventa a las primeras de cambio un fácil duelo ante un pobre Pamesa que sólo aguanta hasta el descanso

El DKV Joventut aligeró la tensión copera vivida en la jornada inaugural con una victoria indiscutible, nunca amenazada por un Pamesa que todavía no se ha enterado de que en Vitoria se está jugando un título muy codiciado.

Los valencianos soportaron la responsabilidad de la eliminatoria los cinco primeros minutos. Luego, acompañaron respetuosamente a los de Badalona hasta la puerta para despedirle y desearle suerte en las semifinales. El Joventut se movió más rápido, buscó antes el objetivo y trabajó mucho en defensa para dejar que Rudy Fernández ejecutará la otra parte del plan sobre el aro rival. Los 12 puntos de Douglas sostuvieron al Pamesa hasta el descanso, pero no lo bastante como para inquietar al Joventut, que a los doce minutos ya contaba con un marcador muy favorable (28-14). El griego Fotsis Katzikaris, que debutó como técnico del Pamesa contra el Joventut y que nunca había capitulado frente al cuadro catalán, nunca encontró la tecla para hacer funcionar la máquina.

Los valencianos aguantaron el tipo gracias a Douglas y Claver, pero éstos también desaparecieron después del intermedio (39-33). El Pamesa quiso. Lo intentó, pero no fue su tarde. Le faltaron, al menos, un par de velocidades. La eliminatoria ya había perdido cualquier atisbo de incertidumbre. El tercer cuarto consistió en una fase de transición hacia el periodo final, hacia un desenlace que todo el mundo conocía por anticipado. También los hombres del Pamesa, que a falta de cinco minutos sufrían con 22 puntos de desventaja en el tanteador (70-48) que les recordaban que habían fallado en una tarde que no admitía errores ni flaquezas.

Ricky Rubio ni siquiera necesitó involucrarse en las labores de anotación para decantar la eliminatoria. Eso sí, a poco más de cuatro minutos de la bocina robó un balón, corrió la banda con ese estilo inconfundible de genio adolescente y la hundió hasta el codo en el aro valenciano (74-48). Ya no tenía que mantener la pose, y celebró la canasta y la clasificación, con el estadounidense Maillet al modo de los playground (canchas en la calle) norteamericanas. Un salto vertical, un golpe pecho contra pecho y una ovación del Buesa Arena. El Joventut no dejó lugar a la duda. Ganó de principio a fin, de arriba a abajo, de derecha a izquierda y de norte a sur.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios