Pesadillas con hipoxia, sueño hecho realidad

El durísimo plan del preparador francés Pierre Vergnoux, clave para el título de Mireia Belmonte

Luis Villarejo (Efe) Río

12 de agosto 2016 - 05:02

Mireia Belmonte duerme en una tienda de hipoxia cuando no descansa en el CAR de Sierra Nevada a 2.320 metros de altitud. Los sueños en ese tipo de contextos no son de fantasía. Más bien, al contrario. Incluso no se sabe si tendrá respuesta científica, pero se convierten más en pesadillas, confiesa Mireia. La hipoxia, aspirar cíclica y alternativamente aire con baja concentración de oxígeno, simulando con ello una altitud deseada para mejorar el alto rendimiento, es uno de los elementos clave en el libro de ruta de Fred Vergnoux, el álter ego de Mireia Belmonte. Es un adicto a la estrategia. Y sobre todo al vocablo plan. Ha diseñado el Plan Mireia, un ideario histórico en el deporte español, compuesto por un proyecto meticuloso y milimétrico que da dividendos de oro a la natación española.

Sólo desde el cuidado microscópico se puede fabricar una campeona como Mireia. Asisten a eventos muy contados durante todo el año. Su laboratorio es la piscina. Y si lleva tacones Mireia por exigencia del guión del protocolo, cuando se encuentra en pleno proceso clave de preparación, el entrenador avisa, lo entiende pero explica que no ayuda al entrenamiento de élite. El tacón no ayuda.

Un día cualquiera en la vida de Mireia comienza a las 06:30 con su primer entrenamiento en seco. De 07:00 a 09:30, al agua. A las 09:45, desayuno. De 10:30 a 12:00 trabajo de fuerza. De 12 a 12:30 estudios. A las 13:30, comida. De 14:00 a 15:30 descanso. De 15:30 a 16, sesión en seco. De 16:00 a 18:30 horas, piscina. De 18:45 a 19:30 cardio y trabajo de abdominales. A las 20:15, cena. Y a dormir.

Mireia y Vergnoux forman una dupla irrepetible. Son ganadores y perseverantes. A menudo, cuando exponen en algún foro su trabajo ilustran su charla en la despedida con una imagen simpática de Mireia con un cuchillo entre los dientes. Mireia es eficaz, valiente y le encanta la pelea sana. Y acaban con otra, sonrientes, bebiendo ambos un batido. Su recompensa. Sufrir para disfrutar.

stats