¿Un cambio de papel real?

Cesare Prandelli varía la cara de una selección italiana que apuesta por la valentía y un ataque repleto de talento · Las dudas atrás pueden condicionar su atrevimiento

Cesare Prandelli sostiene un balón durante una sesión de entrenamiento en Cracovia.
Cesare Prandelli sostiene un balón durante una sesión de entrenamiento en Cracovia.
Daniel Lagos

10 de junio 2012 - 05:02

Italia vive entre las dudas y la ilusión. Los problemas extradeportivos han inundado la concentración azzurra de miradas preocupadas al tiempo que la apuesta valiente del nuevo seleccionador tiene en vilo a un país acostumbrado a encarar este tipo de torneos con la premisa de la protección como máximo estandarte.

Nadie duda del potencial del combinado italiano. El factor mental, eso sí, será otra historia. Pero esta selección siempre tiende a rendir por encima de sus posibilidades cuando las circunstancias parecen estar en contra y por ello debe ser igual de temible.

Además, Prandelli ha inculcado una nueva forma de mirar el fútbol dejando atrás el catenaccio y apostando por el juego atrevido con piezas que pueden marcar diferencias ante cualquier rival. Nombres como los de Pirlo, Balotelli, Marchisio o Cassano aseguran la opción de querer mandar y ser protagonista en el campo para alejar de forma definitiva esa estela de pesimismo que existe.

SIN BALÓN

Prandelli no rechaza la posesión como uno de sus argumentos más sólidos. Sabe que hay talento y lo quiere aprovechar dejando que la fortaleza defensiva sea la misma de siempre. Los últimos partidos dicen lo contrario, aunque la Italia de Prandelli sólo encajó dos tantos en toda la fase de clasificación para llegar a esta cita con números que dan miedo.

Chiellini sigue siendo el gran jefe de la zaga. Junto a él, Bonucci parece un fijo, aunque ante España la variante de incorporar a De Rossi como líbero ha ido tomando peso, lo que daría más libertad a dos carrileros con más proyección ofensiva como Maggio y Balzaretti. Con tres centrales, lo demás varía poco, ya que el propio De Rossi tomaría responsabilidades a la hora de salir con el balón jugado desde atrás.

Si la elección es la de atrasar a De Rossi, el perjudicado sería Montolivo, ya que entraría en el esquema de Prandelli un jugador con mejor bagaje en el repliegue como Thiago Motta. El ex azulgrana ocupa más espacio en la medular pese a perder opciones en la faceta de construcción. La presión de los hombres de arriba es otra de las premisas básicas de la nueva Italia de un Prandelli que no retrasará las líneas.

CON BALÓN

Todo pasa por las botas de Pirlo. Si Italia no lo encuentra, los apuros para construir son mayores. El medio de la Juventus realizó una gran campaña y sigue siendo el protagonista de una selección con pocas ideas. Sin embargo, Marchisio también tiene un papel relevante llegando desde la medular, aunque su especialidad se centra más en la llegada y la búsqueda de desmarques por sorpresa.

Por delante, Prandelli apostará por la pareja de la polémica. Cassano y Balotelli tienen calidad para ser considerados delanteros de primer nivel, aunque la mente de ambos condene a lo imprevisible.

La técnica y el talento de Giovinco, unidos al gol de Di Natale, podría dar variantes a un equipo construido para el ataque.

LO MEJOR

La capacidad de hacer daño con futbolistas que han demostrado su valía en equipos de primer nivel.

LO PEOR

La sombra de los problemas extradeportivos lo condiciona todo.

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