Un equipo camaleónico
El Málaga es un bloque capaz de adaptarse a cualquier circunstancia · La columna vertebral que conforman Goitia, Welligton, Hidalgo y Baha, decisiva
El Málaga de Juan Ramón Muñiz está arriba de la clasificación por méritos propios. Su buena trayectoria durante toda la temporada es irreprochable a pesar de que a principios de Liga no todo se veía de la misma manera.
Fernando Sanz, presidente del club, confió en la aportación del técnico asturiano y con la ley concursal sobre sus cabezas, confeccionaron un equipo con numerosos jugadores foráneos, la mayoría de ellos novatos en Segunda División, pero con amplia experiencia en competiciones internacionales.
La apuesta era arriesgada, si bien el hecho de mantener el bloque de años anteriores y la incorporación de hombres a los que Muñiz conocía bien, Raúl Gaitán y Apoño (Marbella), han contribuido a la buena marcha del equipo. Además, el Málaga se cubrió bien las espaldas con jugadores contrastados en la categoría, Peragón o Baha, hombres cuyo rendimiento es de alabar.
Con todo ello Muñiz ha conformado un bloque homogéneo, un bloque en el que todos trabajan y cuya principal virtud es la velocidad a la que pueden conducir un partido. El Málaga de Muñiz sabe bien de las dificultades de la Segunda de ahí su capacidad camaleónica para transformarse. Y es que el equipo malagueño es capaz de hacer un partido con juego directo en Ipurúa, de igual forma que puede tocar el balón con vistosidad o salir a la contra como si de un equipo de la zona baja se tratase.
Línea por línea, a la solvencia de Goitia, inseguro en sus salidas pero eficaz bajo el marco, hay que sumar la aportación de un futbolista por encima del resto, el brasileño Welligton. El zaguero aterrizó en La Rosaleda procedente del Grasshoppers y destaca por ser un jugador completísimo. Saca el balón desde atrás, es rapidísimo en el corte, se sitúa bien y domina el juego aéreo. Su concurso es fundamental para la zaga de Muñiz, de las menos goleadas de Segunda.
En mediocampo, hay que resaltar otro nombre propio: Antonio Hidalgo. El catalán es el motor del equipo y el encargado de transmitir las sensaciones del entrenador al grupo dentro de la cancha. Trabaja a destajo y sobre todo se incorpora al ataque con total efectividad. Sus llegadas son letales, tanto en el juego aéreo como desde larga distancia, gracias a su poderoso chut.
El tercer nombre propio de este Málaga es el franco-marroquí Baha. El ex de la Ponferradina es un futbolista agresivo y todo un incordio para las defensas, ya que no solamente aporta trabajo arriba, sino que también tiene gol y mucha movilidad, lo que le convierte en un jugador difícil de marcar. Juega bien de espadas y abre huecos constantemente, espacios que aprovechan con claridad Peragón, Calleja o el propio Hidalgo.
Dentro del plantel, no obstante destacan otros jugadores como Sandro, Carpintero, Paulo Jorge o Iván Rosado, cuya experiencia resulta fundamental.
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