¿Quién ganará esta pelea?

En los 35 años que lleva dedicado en cuerpo y alma a las artes marciales y más concretamente al tai-jitsu, Manolo Caballero ha descubierto que esta modalidad deportiva más que un deporte es una filosofía de vida.

Las artes marciales llegaron a su vida a los 7 años, cuando en su colegio incluyeron el judo entre las clases de deportes. La novedad implantada en el colegio La Salle le hizo tomar un interés por esta modalidad que le llevaría a retomarlo a los 16 años, primero como alumno y ahora como profesor.

El tai-jitsu es un deporte que puede ser practicado por todo el mundo y no se necesita una edad o unas condiciones físicas específicas. Los más pequeños del Club Nazaret son los que acuden a las clases por primera vez a sus 5 años y tienen un periodo de adaptación de 15 días, periodo que el 95% de ellos supera y acaba quedándose.

Caballero, satisfecho, resalta: "Los alumnos acuden con la ilusión de aprender lo que en las películas y demás, pero hay que ser realistas. Lo primero que les pregunto es ¿quién es el que gana la pelea? Ellos aprenden a responder que la pelea la gana quien no lucha".

El Club Nazaret es el segundo y único club de Andalucía que posee los títulos homologados. El otro centro se encuentra en Huelva. La homologación facilita a los alumnos el avance en este deporte mediante la obtención de distintas titulaciones.

"Cuando un alumno llega por primera vez a dar clases, el objetivo prioritario es que coja confianza junto al resto de sus compañeros, que se integre en el grupo que componga la clase", explica el jerezano.

Una vez que los alumnos se sientan cómodos e integrados en el grupo es el turno de iniciarse en la materia. Teniendo en cuenta que el tai-jitsu es un deporte que aboga por defenderse a través del cuerpo, lo primero que hay que aprender es a caer. Hay que saber aprovechar la fuerza del contrario en beneficio propio. "El tai-jitsu es un deporte donde prima el respeto y la disciplina. Es una práctica donde las cosas se aprenden poco a poco y con mucho empeño, de ahí que se acabe por aprender a ser paciente", puntualiza Caballero que reconoce que su vida ha sufrido una evolución paralela al desarrollo del tai-jitsu.

Manolo se inició en este mundo además de por curiosidad por sentirse seguro. "Cuando eres un adolescente, en lo único que piensas es en saber defenderte por si te pasa algo". Pero, curiosidades de la vida, "antes me daba miedo de lo que me hicieran, y ahora tengo miedo de lo que yo pueda llegar a hacer".

Superada la primera etapa de contacto y aprendizaje, y con el cinturón negro en la mano, Caballero siente la necesidad de competir a nivel nacional e internacional y poner en práctica todos y cada uno de los conocimientos adquiridos hasta entonces.

Por último y alcanzado el medio siglo, Manolo dedica su tiempo a estudiar el tai-jitsu y a realizar tesinas. "A mis 52 años realizo una práctica muy relajada, más enfocado al yoga".

El hecho de tener los títulos homologados permite a sus alumnos, que una vez hayan superado el cinturón negro tengan la posibilidad de seguir estudiando la disciplina y adquiriendo experiencia a través de dichos títulos.

En el último campeonato internacional celebrado en Madrid, los componentes del Club Nazaret "tras dormir en las colchonetas de un gimnasio madrileño por falta de presupuesto, regresamos con un campeón masculino, David Baro, con Almudena Caballero, segunda, María Gago, tercera y Marta Caballero, cuarta en modalidad femenina. Estas posiciones nos van a permitir disputar el Campeonato Nacional en Madrid".

El próximo 17 de octubre, el Club Nazaret celebrará la Gala Nacional. El año pasado se incorporó un grupo con síndrome de Down, dando una lección de que el tai-jitsu es un deporte que no tiene barreras. Los beneficios obtenidos serán donados a una asociación benéfica.