Una imagen blanqueada

Tras 6 meses sin ruedas de prensa salvo las obligadas por la UEFA, el Real Madrid da un giro y saca a escena a Casillas, Cristiano y, ayer, Sergio Ramos

Sergio Ramos se dispone a atender a los medios de comunicación.
Sergio Ramos se dispone a atender a los medios de comunicación.
Joaquín Cavanna Madrid

04 de enero 2013 - 05:02

Las fiestas de Navidad y año nuevo sirvieron para que la plantilla del Real Madrid diera un cambio radical en su imagen en medio de tanta incertidumbre deportiva. El club dio una vuelta de página en lo que refiere a la aparición pública de sus futbolistas posiblemente en un intento de calmar las aguas y cuidar el fuero interno.

En apenas tres días, los tres jugadores de más peso específico de la plantilla, Iker Casillas, Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos, han dado una rueda de prensa y han puesto fin a un semestre de silencio absoluto en comparecencias oficiales.

"Las vacaciones vinieron bien para reflexionar y autoexigirnos, yo en primer lugar, que quizás algo más podíamos dar. Pero estamos en el buen camino y la actitud siempre fue buena", dijo ayer Ramos, que no podrá jugar el domingo contra la Real Sociedad por una sanción.

Para este encuentro, el Real Madrid no podrá contar tampoco con el portugués Pepe en el centro de la zaga; ni con los lesionados Marcelo, Coentrao y Albiol. Pero el defensa sevillano considera que el equipo saldrá de la situación "como ha salido siempre"."El fútbol tiene esto. Otros equipos han pasado por ello y no se ha hablado tanto", añadió.

Las ruedas de prensa de jugadores del Real Madrid parecían formar parte de la prehistoria de la Liga. Antes de la comparecencia de Casillas del martes, la plantilla blanca llevaba seis meses sin dar una rueda de prensa. La última había sido en julio protagonizada por Esteban Granero, hoy en el Queen's Park Rangers inglés.

Ante el silencio de los futbolistas, el micrófono del club blanco había quedado en manos del entrenador José Mourinho y, de vez en cuando, de su asistente Aitor Karanka.

El detonante del cambio de política empleado en los días recientes se disparó en la última jornada del 2012, no tanto por la derrota por 3-2 contra el Málaga, sino por la decisión de Mourinho de sentar a Iker Casillas en el banquillo.

Durante las dos semanas de receso posteriores al partido en La Rosaleda, la prensa local publicó una y mil versiones sobre los cortocircuitos entre jugadores y cuerpo técnico, lo que condujo hacia una división entre los propios aficionados entre su portero y su entrenador.

Durante el entrenamiento del domingo, los 7.000 fans del Real Madrid que pudieron presenciar la sesión regalaron una ovación incondicional a Casillas y practicamente ignoraron la presencia del técnico.

"Evidentemente, unos pueden tener una opinión y otros otra, pero el míster es el que manda y donde manda patrón, no manda marinero", afirmó al respecto Ramos, quien también sufrió el castigo táctico de Mou en el primer partido de la Liga de Campeones, contra el Manchester City.

Con esta nueva política mediática, el Real Madrid parece encaminarse hacia su verdadero objetivo en lo que resta de temporada: recuperar la versión con la que se consagró como campeón de Liga con récord de puntos el curso pasado.

Si bien el objetivo de destronar al Barcelona en la Liga es casi imposible (está a 16 puntos), todavía falta un mes y medio para volver a la actividad de la Liga de Campeones y todos los integrantes del Real Madrid son conscientes de que la obtención de la décima Copa de Europa será suficiente como para tapar a fin de temporada conflictos internos, problemas de renovaciones de contratos y hasta ausencias insólitas en el equipo titular.

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