El líder restaña heridas

El Real Madrid lamió sus heridas europeas con una victoria sin discusión ante el Herbalife Gran Canaria, que sufrió el dominio del caboverdiano Tavares en la pintura (8 puntos y 4 tapones) y los arranques de genio del esloveno Doncic (16 puntos).

El líder de la Liga Endesa maximizó su acierto (de casi un 70% en tiros de campo y un 32% en triples) e hizo inútil el dominio en el rebote del Herbalife Gran Canaria (42 por 32 capturas blancas), sostenido por el liderazgo de Oliver (10 puntos) y las capturas del checo Balvin (10), aunque siempre lejos en el marcador.

Llegaba el Real Madrid dispuesto a recuperarse en la Liga Endesa de sus malas sensaciones en la Euroliga, en la que ha caído en cinco de sus últimos seis partidos, y se aplicó a ello desde el inicio. Liderado por Rudy Fernández, que se multiplicaba para tirar y espolear a unos dormidos Tavares -con pasado en el equipo grancanario- y Thompkins, el conjunto blanco tomaba el liderazgo del encuentro, con un triple y un tiro desde el suelo de Campazzo (14-9, min. 7).

El técnico del Gran Canaria, Luis Casimiro, ya había cambiado todo el quinteto en busca de respuestas, pero salvo excepciones, como un alley-oop de Balvin a pase del israelí Mekel, se encontraba siempre con Tavares, que ponía tres tapones y luego era protagonista en el acelerón ofensivo final del Madrid para terminar el primer parcial 23-17.

La misma tónica, la de un Tavares dominador y un Rudy acertado que convirtió tres de sus primeros cinco triples, permitía al Real Madrid superar los diez puntos de diferencia (31-19, min. 12) justo después de que la grada recordara al malogrado Fernando Martín, fallecido el 3 de diciembre de hace 28 años.

El Madrid se establecía en una cómoda ventaja de diez puntos con un juego interior de circunstancias por las bajas compuesto por Felipe Reyes y Maciulis como 4, que el Gran Canaria no era capaz de atacar.

Además, los blancos robaban y corrían con Jaycee Carroll y Fabien Causeur, y comenzaban a encontrar al esloveno Doncic para conseguir una ventaja que ya sería muy cómoda siempre.