"¡Fuera, Íker!". Un reiterado grito que se escuchó ayer en el Santiago Bernabéu durante la presentación de Keylor Navas. Fue una prueba más de la enorme tensión generada en la portería del Real Madrid en los albores del inminente inicio de la temporada.

El conflicto lleva ya un año y medio de duración y la llegada del guardameta costarricense no hace otra cosa que añadir más gasolina a un fuego lejos de extinguirse. Así lo comprobó el propio presidente , Florentino Pérez, durante su discurso de presentación de Navas. Interrumpido en varias ocasiones, prefirió seguir adelante, visiblemente molesto por los gritos contra Íker Casillas por parte de un sector de la hinchada.

Pepe Reina declaró, cuando le preguntaron hace tiempo por la posibilidad de juntar a Keylor Navas, Casillas y Diego López en un mismo equipo, que "sería la mejor portería del mundo". Y esa opción fue ayer real, con la firma del costarricense por el club blanco, aunque la convivencia interna en esa "mejor portería del mundo" parezca a día de hoy imposible.

El conflicto se inició el 22 de diciembre de 2012, cuando el entonces entrenador, José Mourinho, dejó en el banquillo a Casillas durante un partido ante el Málaga, que ganó 3-2. El técnico portugués relegó a la suplencia al que entonces era el mejor portero del mundo según la FIFA y con ello comenzó una polémica que todavía perdura.

Para entonces todavía no estaba en el club Diego López, quien llegaría en enero al club madrileño procedente del Sevilla. Y Mourinho no tardó en situarlo como titular mientras un debate encendía a la hinchada: ¿Diego López o Casillas? La elección venía propiciada por dos bandos: los que estaban a favor del portugués y los que no.

El técnico salió del equipo después de no ganar nada en su tercera temporada al frente del Real Madrid, pero la llegada de Carlo Ancelotti la pasada temporada sólo supuso una frágil tregua. El italiano optó por su conocida diplomacia y mantuvo a Diego López como titular de la Liga, aunque le dio a Casillas el puesto en la Copa del Rey y la Liga de Campeones, precisamente los dos trofeos que conquistó el conjunto blanco la pasada campaña.

Sin embargo el final de la temporada marcó a Casillas. Su actuación ante el Atlético de Madrid en la final fue deficiente y erró clamorosamente en el gol recibido de Godín, un 1-0 que le daba el título a los rojiblancos. Sergio Ramos minimizó los daños con un tanto en el descuento que dio origen a una prórroga que terminó 4-1.

Luego llegó el Mundial, otro calvario para el portero español. Se lo responsabilizó en buena medida de la derrota inicial 5-1 ante Holanda y tampoco salió indemne de la caída 2-0 ante Chile, que eliminó a la selección española.

El capitán de la selección se fue de vacaciones con incesantes rumores sobre su continuidad en el equipo madrileño, pero finalmente decidió quedarse y luchar por la titularidad. Igual que Diego López, quien sigue renunciando a salir por más que se lo haya pedido el club. El Madrid estaría dispuesto a darle al gallego la carta de libertad, pero éste quiere cobrar los 13 millones de euros firmados hasta 2017.

El resumen es que el conjunto blanco comienza la temporada con tres porteros de nivel y con un debate que se inflama un poco más cada día. Y lo siguiente que debe resolver el club, y más concretamente Ancelotti, es a quién le da la titularidad si se marcha finalmente Diego López: ¿a una de las estrellas del último Mundial o a una leyenda del fútbol español?