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Otro metal, es la bomba

  • España derrota a Rusia con el protagonismo de los Gasol y se cuelga el bronce en el adiós de Navarro

España consiguió la medalla de bronce al vencer a Rusia, homenajeando así a su capitán, Juan Carlos Navarro, en su partido de despedida con la selección.

No era un día más. En juego estaba el metal, un valioso objetivo en el camino de una generación para la historia pero que, además, llegaba acompañado de la carga emotiva de despedir con honores al gran capitán sobre la cancha. Era ya suficiente estímulo para la conquista de un bronce que abrochó una excelsa carrera, la de Navarro, cuyo palmarés se inició hace 16 años con un bronce en el Eurobásket de Turquía de 2001.

La decisión del técnico ruso, Sergey Bazarevich, de dejar fuera del quinteto inicial a Timofey Mozgov allanó el camino de los pívots españoles y así llegaron las primeras ventajas, con un San Emeterio especialmente enchufado en defensa y en ataque.

Bazarevich se dio cuenta de su error y puso en pista a su mejor cinco, porque sólo Aleksei Shved estaba siendo un peligro para los pupilos de Sergio Scariolo. De hecho en los primeros cuatro minutos sólo él había visto aro.

Fernando San Emeterio y después Joan Sastre fueron los encargados de vigilar al genio ruso, que, aunque concluyó el primer cuarto con ocho puntos, vio muy reducida su aportación ofensiva al equipo por el gran trabajo de los defensores españoles.

Pese a no anotar de tres puntos, después de cuatro intentos realizados, el equipo español se apuntó con cierta claridad el primer parcial por un contundente 21-13.

La única nota negativa era que Marc Gasol, autor de 10 puntos en el primer cuarto, se tuvo que retirar en el minuto ocho, después de recibir una falta intencionada que le provocó una leve torcedura del tobillo izquierdo sin importancia.

Sergio Rodríguez fue el autor del primer triple de los españoles al sexto intento del equipo. La buena defensa y la óptima circulación de balón permitieron mantener ventajas holgadas: 32-17 en el minuto 14 y 45-28 al descanso.

Shved con 12 puntos, aunque sin ninguna asistencia en su haber, estaba completamente fuera del partido, y su equipo lo notó. Bien que lo notó. También España, que dominó el partido con una enorme claridad y sin necesidad de abusar de un lanzamiento lejano con un parcial de 24-15 en el segundo cuarto.

Rusia salió con ganas después, pero el regreso de Marc Gasol hizo que el juego interior español, junto a un sobresaliente Pau, fuera lo suficientemente fuerte como para frenar sus acometidas.

Con Shved casi sellado por la defensa española, el equipo español navegó con cierta comodidad en el marcador, hasta que al final se complicó un poco: 66-55 en el tercer periodo.

Pese a la asignatura pendiente de los triples -tres de once después de tres cuartos disputados-, España consiguió 11 puntos de ventaja para afrontar los últimos diez minutos de partido con la esperanza de no pasar demasiados apuros. Los rusos echaron el resto, con Shved en el banquillo, y metieron miedo con un 78-76 a falta de tres minutos, pero los Gasol pusieron de su parte para que la diferencia fuera inalcanzable.

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