Lo que estaba siendo un partido plácido para el Barcelona B, que se divertía a costa de un Córdoba que era un juguete roto en sus manos, acabó siendo un angustioso trance para los locales cuando, en los últimos minutos, los andaluces marcaron dos goles y tuvieron el empate en un balón al larguero (4-3).
Fueron dos partidos, uno de 87 minutos y otro jugado en los últimos cinco. El primero de ellos se jugó en ese patio del Miniestadi en el que los habitantes de guardería azulgrana se foguean a la espera de cotas más altas. Joyas como Deulofeu o Luis Alberto, cuya conexión decantó el choque en el primer tiempo, se lucieron.
El espectáculo lo abrió Luis Alberto, tras un gol anulado al Córdoba por un absurdo fuera de juego. El futbolista cedido por el Sevilla se erigió de nuevo en el auténtico comandante del filial y lanzó un pase preciso entre mil piernas a Deulofeu, que marcó con un sutil toque. Poco después, Luis Alberto amplió el marcador con un disparo cruzado y seco. Recortó López Garay tras un córner, pero Dongou, tres minutos después, marcó el tercero y Araujo hizo el cuarto tras otro magnífico pase de Luis Alberto.
Pero la cita se enloqueció en el minuto 87. Bañuz no atajó un tiro fácil de Pedro, Xisco, en el 90, marcaba el 4-3 y, Pedro, en la última jugaba, tuvo el empate. Pero el larguero desvió su remate.
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