El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, defendió la política de expansión del organismo, pero admitió una "crisis de imagen".

"Ahora haremos un examen. No podemos seguir así, debemos mejorar nuestra imagen", dijo Blatter, de 74 años, en una entrevista con el semanal suizo Die Weltwoche tras las críticas por la concesión la pasada semana a Rusia y Qatar de los Mundiales de 2018 y 2022.

Aunque Blatter describió las acusaciones de corrupción contra miembros del comité ejecutivo como "absurdas", señaló: "Debemos clarificar algunas cosas dentro de la FIFA".

El primer paso será la creación de un grupo de trabajo que se ocupará de la gestión limpia. "La FIFA no tiene nada que ocultar. Somos la única organización deportiva internacional, incluida las no gubernamentales, cuyos libros de cuentas son auditados de forma seria desde que yo soy presidente. Las trampas no son posibles, todo se controla".

El suizo no ha sido inmune a las duras críticas de los medios de todo el mundo por la polémica concesión de los Mundiales hace una semana en Zúrich. "Aún duermo bien, pero no es fácil. Que el presidente de la FIFA esté puesto en cuestión constantemente no es algo como para estar contento", admitió. "No necesito ningún chaleco antibalas, ya me he construido un muro de protección con los años".

Blatter aún cree que no ha completado la misión que tiene para el mundo del fútbol. "Estamos yendo en la dirección correcta. Mi filosofía es seguir adelante con la expansión del fútbol", señaló.

"No se trata de dinero y poder, sino de la extensión del fútbol más allá de los países tradicionales", dijo Blatter, al que le sorprendieron las críticas llegadas de Europa. "En determinadas reacciones siento realmente un poco la arrogancia del Occidente cristiano". "No es cierto que los países tradicionales de fútbol no vayan a tener ninguna posibilidad en el futuro para organizar Mundiales, pero las próximas regiones que deberíamos conquistar serían China e India".

Blatter se ve como un visionario que mira más allá del fútbol. "Si uno atiende a las tensiones entre el mundo musulmán y el occidental, entonces conceder un Mundial de fútbol en territorio árabe resulta una decisión extraordinaria", dijo sobre Qatar.

La concesión de un Mundial se ha convertido en un asunto político, admite el jefe de FIFA encantado. "El fútbol se ha convertido en un monstruo que la FIFA ha domesticado".