Santiago Cordero
La piel del oso
Ciclismo | Tour de Francia
Con una demostración marca de la casa, atacando de lejos, Tadej Pogacar (UAE) irrumpió en los Pirineos con un golpe en solitario que le dio la victoria en la decimocuarta etapa del Tour, disputada entre Pau y Saint-Lary Soulan-Pla D’Adet, de 151,0 km, en la que reforzó el maillot amarillo ante Jonas Vingegaard, su gran enemigo.
Otra demostración del esloveno (Klenec, 25 años) en la primera gran cita de alta montaña. Ganó la etapa del Galibier y se llevó la del Tourmalet, la número 13 de su cuenta en el Tour. Un ataque en solitario que le permitió presentarse en la meta de Pla D’Adet con un tiempo de 4h.01.52, a una media de 37,7 km/hora. Triunfo en solitario, dando otro golpe encima de la mesa, que sólo contestó, algo lejos, a 39 segundos en meta, Vingegaard. El fuego contra el hielo, y ganó el impulso volcánico del líder. Metió tiempo a todos sus rivales, además agraciado con los 10 segundos de bonificación. Remco Evenepoel cruzó la meta a 1.10 y Carlos Rodríguez a 1.19, dando otro paso atrás en sus aspiraciones de alcanzar el podio. Landa salvó los muebles, pero cedió 1.29.
La general y los puestos del podio se aclararon en las montañas pirenaicas. Pogacar se queda frente a frente con Vingegaard, el duelo previsto y esperado, pero la diferencia entre ambos ya ronda los 2 minutos, en concreto 1.57. Evenepoel pasa al tercer escalón a 2.22, Almeida es cuarto a 6.01, Carlos Rodríguez quinto a 6.09 y Mikel Landa sexto a 7.17.
El primer ascenso del día era su majestad el Tourmalet (especial, 19 km al 7,4), la montaña de las montañas del Tour. Y una sorpresa esperaba al ciclismo español. Oier Lazkano (Movistar) se apuntó a la historia del Tourmalet coronando en solitario la mítica cima. El vitoriano, titular en las escapadas, se metió en la fuga inicial, y a falta de 500 metros del alto respondió a un ataque del francés Gaudu para irrumpir en solitario en el palmarés del pico. Lazkano, ex campeón nacional y elegido para la crono y la prueba de ruta en los Juegos de París, toma el testigo de David de la Fuente, último español que tuvo tal honor en 2006. Antes, pusieron su nombre nada menos que Bahamontes y Julio Jiménez, entre otros.
En esta ocasión Lazkano hizo la subida a 20.6 k/h. La carrera marchaba tranquila. La batalla estaba marcada en el ascenso a Pla D’Adet (Especial, 10,6 km al 7,9). A pie de puerto la fuga empezó a desintegrarse a marchas forzadas, y el grupo del líder acechaba a algo más de 1 minuto. El irlandés Ben Healy (EF Education) quemó las naves de lejos, soltando a Lazkano, inasequible al desaliento.
A 8 km de meta el UAE desplegó su estrategia. Atacó Adam Yates, séptimo en la general para obligar a desgastar sus peones al Visma y Soudal de Vingegaard y Evenepoel, o tal vez para un ataque posterior de Pogacar que le permitiera enlazar con el británico y volar ambos hasta la cima.
La segunda posibilidad fue la buena. Pogacar atacó a 5 km de la cima, atrapó a Healy, último superviviente de la fuga del día, y a Yates. Y ya no miró atrás. Sálvese quien pueda. Vingegaard, siempre frío, sin perder los estribos, se puso a perseguir, a su ritmo y el maillot amarillo devoró la subida plagada de aficionados, implacable. Hoy, etapa reina.
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