El fútbol es imprevisible. Llegaba el Xerez descendido al campo de uno de los claros favoritos para el ascenso a Primera y los de Carlos Ríos se sacaron de la manga el mejor encuentro de la temporada. 2-4 después, en especial, de un primer periodo de manual, y muchas preguntas en el aire. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no ha jugado así más a menudo? ¿Dónde estaba este fútbol de los xerecistas? La cuestión es que el recital llega demasiado tarde, pero al menos llega y sirve para truncar la vergonzante racha de 25 partidos sin ganar, de sumar siete puntos de 75 posibles. 

Salió fuerte el Girona, presionando muy arriba a un Xerez que trataba de mover el esférico sin recurrir a los balonazos. En esa presión, Acuña y Felipe Sanchón a punto estuvieron de dar un susto a la zaga azulina. Para susto, un zapatazo de Luso a los cinco minutos que se marchó muy cerca de la escuadra. 

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Pero el Xerez supo aprovechar un error de los catalanes para dar la sorpresa momentánea. Dani Mallo se resbaló justo antes de despejar un esférico en cesión de Richy, golpeó mal y la pelota quedó a pies de Marcos en el vértice del área, definiendo el interior xerecista por alto con mucha calidad. Cero a uno.

Este gol tranquilizó a un Xerez que comenzó a mover el cuero en la zona medular, metiendo el miedo en el cuerpo a un Girona que tuvo la fortuna de empatar pronto la contienda. Juanlu Hens profundizó por la diestra con calidad, centrando raso para que Jofre Mateu controlara y a la media vuelta, raso, flojito, letal, pegadito al palo diestro, batiera a Toni Lechuga. Tablas de nuevo en el marcador de Montilivi. 

No obstante, el Xerez no se metía en su cueva, probando Bruno Herrero con una volea desde lejos ya cerca de la media hora de juego, perdiéndose lejos el balón. Bodipo, poco después, volvía a intentarlo con un remate cruzado que se iba desviado. Estaba valiente el Xerez en el campo de uno de los claros favoritos al ascenso de categoría. 

Tan valiente que se iba haciendo el duelo, presionando muy bien el juego de los locales, desconectados a la hora der tratar de llegar a los delanteros, mientras el peligro se iba volcando hacia el marco de Dani Mallo. Así, una perfecta combinación entre marcos y Lucas Porcar la acababa remachando el ex del Valladolid de volea tras un maravilloso pase por alto del jugador catalán. Uno a dos y de nuevo la sorpresa en todo lo alto. 

Una sorpresa que se iba a acrecentar después de dos sustos del Girona. Primero era Felipe Sanchón quien aprovechaba un fallo de la defensa para crear peligro, y un minuto más tarde Toni Lechuga hacía el paradón del primer acto, sacando de la misma escuadra un testarazo de Acuña.

Pero el Xerez estaba matador. Tercera ocasión clara, y tercer gol. Corría el minuto 42 cuando Bruno Herrero metía un pase en profundidad sobre José Vega, quien salía en posición correcta, controlaba, se iba solo hacia Dani Mallo y definía por bajo, perfecto, sangre fría y un golazo que ponía el 1-3 en un boquiabierto Montilivi. 

Y más boquiabierto en el primer minuto de la reanudación. Pelota en profundidad de nuevo sobre Marcos, que se iba solo. Esta vez le tapó bien el remate Dani Mallo, pero la jugada continuó acabando el balón a pies de Lucas Porcar, quien recortó con calidad en el punto de penalti para rematar perfecto, colocando lejos del alcance del portero gerundense. Cuarto gol, golazo, y un marcador camino de ser histórico.

Incluso perdonó el quinto Marcos apenas dos minutos después. El Girona se lanzó entonces en pos de una remontada a la desesperada. Peligro para el Xerez en una complicada cesión de Bouzón que sacó Toni a córner, y después en un nuevo paradón de Toni Lechuga tras un testarazo a bocajarro de Luso. 

Después de una fase de excesivos nervios, con un par de feas tanganas, a los 28 minutos un lanzamiento de falta de Toni Moral se estrellaba en la barrera xerecista y el colegiado pitaba penalti, bastante dudoso. Felipe convertía desde los once metros acortando distancias. 

En ese cuarto de hora final, el juego fue un monólogo de ataque del Girona mientras que el Xerez defendía con orden y tranquilidad, si bien la segunda amarilla a Raúl Cámara complicaba un poco los planes. Mendoza entraba al campo para cerrar la cuestión, con un susto importante en un testarazo al palo de Toni Moral. 

Al final, sorpresón de un Xerez Deportivo que destapó sus mejores esencias en un primer periodo espléndido, ante el enfado y las sospechas de una afición gerundense que no se creyó lo que vio hasta que el colegiado Jaime Latre pitó el final.