la consulta del especialista

La tibia hizo crac

  • El irlandés Coleman, último caso de una grave lesión

Cuando el jugador de Gales Taylor fue con todo a intentar cortar la circulación de balón de Irlanda, y arrolló a Coleman, la tibia del irlandés crujió. La pierna del centrocampista se colocó en una posición inverosímil dejando entrever la gravedad de la lesión. Los gestos de dolor y la preocupación de los compañeros al contemplar la escena, fueron más que suficiente para que saltaran todas las alarmas. Tarjeta roja para el galés y una cama de hospital para el irlandés.

Un jugador puede estar en 4 o 5 meses en un buen nivel físico tras sufrir esta rotura

¿Por qué se fractura la tibia?

Las fracturas diafisarias de tibia se dan en el contexto de un accidente de alta energía como son los accidentes de tráfico, ya sean coche o moto, precipitaciones, accidentes deportivos o heridas por arma de fuego. Estas se encuentran en primer lugar en cuanto a las que afectan a los huesos largos y su incidencia en Europa supera las 300.000 cada año. Con mucha frecuencia asocian lesiones muy importantes como los traumatismos craneoencefálicos, torácicos o abdominales.

La edad de aparición suele ser entre la 2ª y la 4ª década de la vida, es decir, pacientes jóvenes y sanos en su mayoría. Esto hace que en la mayoría de los casos, teniendo en cuenta que al ser un hueso muy vascularizado la tasa de consolidación a 6 meses está >90%, el resultado de estas lesiones es bueno y el paciente suele reincorporarse a su actividad habitual prácticamente "ad integrum".

Sin embargo, hay importantes morbilidades asociadas a dichas fracturas y, en algún caso, si no se diagnostican y tratan convenientemente, pueden tener consecuencias fatales. Se puede producir el acortamiento de la extremidad, la consolidación viciosa, ya sea por una malrrotación o una angulación no adecuada de la misma, infecciones, rigidez de rodilla, embolia grasa, tromboembolismo pulmonar…

En el caso que nos ocupa, la tremenda fuerza con la que el defensa galés arrolló al irlandés fue lo suficientemente intensa como para superar la resistencia de la cortical de la tibia, y eso que dicho hueso es uno de los más resistentes del cuerpo. El problema es la dirección en la aplicación de la fuerza: perpendicular a la diáfisis del hueso, es decir, perpendicular al eje de carga de la pierna. La fuerza que hay que aplicar es mucho menor que la que se necesita para romper el mismo hueso cuando saltamos de una altura al suelo.

¿Cómo se trata?

El tratamiento indicado consiste en la colocación de un clavo endomedular de acero. Dicho enclavado se suele introducir por la rodilla, a través del tendón de la rótula, y se usa para alinear los fragmentos, a modo de tutor, para que no se desplacen y se coloquen juntos y en contacto. Dicho sistema de fijación es fundamental para la consolidación de la fractura porque para que se forme un "callo óseo" de calidad, se necesita que haya un contacto amplio entre ambos fragmentos en el foco de fractura, y que no haya movimiento en la zona de la fractura. Si lo hubiera, resultaría más difícil crear un callo óseo de calidad, e incluso, el algunos casos, la fractura no consolida, teniendo que reintervenir al paciente, pasados 9 meses que se considera como el tiempo máximo que precisa este tipo de fracturas para pegar.

¿Y después, qué?

Una vez colocado el enclavado, el paciente puede iniciar la deambulación con dos muletas a las 24-48 horas de la misma. El clavo, si es de la longitud y grosor adecuado, provee de la estabilidad necesaria como para que la fractura no se desplace ni hay riesgo de que sufra algún contratiempo en este sentido. Es la técnica que asocia mejores resultados con el menor riesgo posible. La fractura se trata "a distancia" sin necesidad de abrir el foco de fractura, lo que supone un menor riesgo de infección y de complicaciones que si colocamos una placa con tornillos.

Las fases por las que debe pasar el hueso para que consolide son:

1.-Hematoma local: Una vez que se produce el traumatismo, se forma un hematoma en el foco de fractura debido a al hemorragia producida en los extremos óseos y las músculos que rodean los fragmentos fracturados, dando lugar a un coágulo. Tanto el hueso como el músculo poseen una vascularización muy rica, de ahí que se forme ese hematoma. Éste se encarga a partir del 4º día desde que se produce la lesión, de atraer a las células que van a comenzar a reparar el hueso fracturado. luego es muy importante para la consolidación. Las células del coágulo son los primeros que activan el proceso de reparación. Eso se llama OSTEOINDUCCION. De ahí que podamos apreciar hematomas en las zonas fracturadas, el llamado "derrame".

2.-Reacción inflamatoria local: se desarrolla a las pocas horas de sufrir la fractura. Se produce un aumento de la vascularización alrededor del foco con exudado de plaquetas que son las células encargadas de frenar la hemorragia y leucocitos como células mediadoras de la inflamación. Éstas dos se encargarán de activar y reclutar a un tercer tipo de células llamadas macrófagos, que son las encargadas de eliminar todas las células muertas como consecuencia del traumatismo, fagocitándolas. Además, otras células llamadas osteoclastos, comienzan a regularizar los extremos de los huesos fracturados.

3.-Diferenciación celular: Se sabe que una movilidad moderada del foco en las primeras semanas, estimula el periostio que es la capa que envuelve al hueso y favorece su consolidación. Los movimientos en el foco de fractura, perjudican la curación de la fractura. Es por eso por lo que de procede a colocar una escayola para inmovilizar el hueso lesionado. De otra manera, es difícil que éste suelde.

4.-Callo blando o primario: durante este período, los tejidos que unen los fragmentos rotos, no se han mineralizado, o sólo lo han hecho en parte, esto quiere decir, que no hay aporte de calcio en la zona. No existe una unión mecánica sólida. Si en esta fase, el paciente se hace la radiografía de control, no se aprecia callo óseo aún. Esto no quiere decir que la fractura no evolucione favorablemente, sino que es pronto para que esto suceda. La inmovilización del foco es fundamental en esta etapa y este papel lo desarrolla el periostio. Si no se produce esta estabilidad del foco, se desencadena una pseudoartrosis. Así se llama al fenómeno por el que el hueso no va a consolidar, es decir, aunque el paciente lleve un año con una escayola, el hueso no va a soldar jamás.

5.-Callo duro: es la fase en la que aparece un puente óseo que restablece la unidad de los fragmentos. El hueso inmaduro se trasforma, después de varias semanas, en hueso duro; dicho hueso es laminar que asegura la unión y solidez. Esta transformación comienza durante la 4ª semana y al cabo de 16 semanas, el hueso inmaduro ha desparecido. En la mano, se puede ver la presencia de callo con relativa precocidad, alrededor de mes. Sin embargo, el fémur, la tibia o el húmero pueden requerir tres meses para que dicho callo sea visible.

6.-Remodelado: es el mecanismo que restablece, de manera lenta, la arquitectura normal del hueso. El callo sigue evolucionando durante meses. Si una persona se fractura la clavícula, al mes más o menos, se apreciará un "bulto" en la zona de la fractura. Corresponde al callo óseo duro. En unos meses, como si de una escultura se tratara, dicho callo va desapareciendo y el "bulto" cada vez es menos evidente. Incluso puede llegar a desaparecer como ocurre en el caso de los niños.

Hay que ser cauto a la hora de la reincorporación. La biología del cuerpo humano necesita su tiempo y no podemos pretender buscar atajos que puedan perjudicar la recuperación del paciente. Si nos precipitamos, se puede formar un callo óseo de mala calidad y correr el riesgo de una nueva fractura cuando el paciente vuelva a someter a su pierna a un estrés continuado debido a su disciplina deportiva. Si todo va como debe ir, en unos 4-5 meses, Coleman puede estar a un buen nivel físico. Una vez consolidada la fractura, en ocasiones, se presentan tendinitis en el tendón rotuliano debido al abordaje para introducir el clavo, y que a veces, son incluso más molestas, que el dolor residual de la fractura de tibia. Respecto al enclavado, no tiene por qué ser retirado necesariamente transcurridos años de la intervención. En algunos casos, se puede aconsejar su retirada si el paciente es joven y muy activo, o sea causa de molestias. De otra manera, se mantiene. Ojalá la cirugía sea un éxito y Coleman se pueda recuperar, lo antes posible, pero siempre que sea, lo mejor posible.

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