Potencias económicas y militares

Tribuna Económica

Joaquín Aurioles

18 de mayo 2017 - 02:35

Con un un PIB que este año rondará los 20 billones de dólares, Estados Unidos es la economía más grande del mundo, aproximadamente una cuarta parte del total, y también la mayor potencia militar. China es la segunda potencia económica y la tercera militar, tras escalar aceleradamente posiciones, sobre todo en lo económico, a lo largo de las dos últimas décadas y reducir notablemente las diferencias con los Estados Unidos. De un tiempo a esta parte, sin embargo, se han revisado los pronósticos que apuntaban la proximidad de la nivelación de sus respectivas capacidades económicas, de forma que, según el Departamento de Agricultura norteamericano, la economía de este país seguirá siendo en 2030 un 10% más grande que la china.

En el siguiente escalafón de las capacidades económicas están Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e India, aunque con notables diferencias entre ellas en materia militar. Mientras que Reino Unido, Francia e India figuran entre las principales potencias militares en función del peso de sus presupuestos de defensa con respecto al PIB, los fundamentos del liderazgo en Japón y Alemania son de naturaleza exclusivamente económica. Justo lo contrario que Rusia, cuya potencia militar, la segunda más importante del mundo, es el principal argumento de su hegemonía política regional y, junto a la producción de gas y petróleo, de la proyección internacional sus influencias. El gasto militar en Rusia, que representaba 3,3% del PIB y el 9% del gasto público en 1999, cuando Putin llegó a la presidencia, se incrementó hasta el 5,3% y 15,5% respectivamente en 2016, aparentemente inmune a la inestabilidad de su economía y a las dificultades de los últimos años, tras el hundimiento del petróleo y el conflicto con Ucrania.

La proporción entre el gasto en defensa y el PIB es también particularmente elevada en Corea de Sur y Turquía, aunque en niveles muy inferiores a la de Rusia. La presencia de los emergentes en el ranking se completa con Brasil, México e indonesia, donde la proporción entre potencia militar y económica es similar al promedio del conjunto de las principales potencias mundiales y permite apreciar como el núcleo duro de las economías emergentes en los 90 (Brasil, Rusia, India y China, los BRIC) ha terminado por afianzarse cómodamente en la cúspide de la jerarquía de los países más influyentes.

El bloque de economías desarrolladas se completa con Italia, Canadá, Australia y España, cuya influencia política internacional deriva básicamente de los fundamentos de sus economías, sobre todo en el caso de España, donde el presupuesto en defensa es uno de los más reducidos del mundo, en relación con el PIB.

De cara al futuro, las oportunidades derivadas del tamaño de los mercados en los países BRIC auguran el reforzamiento de su potencial geoestratégico, aunque con el punto de mira cada vez más centrado en México, Indonesia, Nigeria y Turquía (MINT), donde las favorables expectativas de crecimiento y de rentabilidad para la inversión extranjera permiten pronosticar un protagonismo considerablemente mayor del conjunto de los emergentes en el mapa de influencias políticas internacionales.

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