Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Manuel Romero Bejarano | Historiador y librero

"Ojalá me las supiera todas"

Manuel Romero Bejarano.

Manuel Romero Bejarano. / Vanesa Lobo

"Los concursantes profesionales no existen en España. Yo tengo que trabajar". Palabra de Manuel Romero Bejarano (Jerez, 1973), un clásico de los programas de sabios. Ha exhibido sus dotes culturales en Saber y Ganar, Pasapalabra, vuelta a Saber y Ganar, y ahora con los multicampeones de Los dispersos en ¡Boom!, donde lleva más de 200 programas a sus espaldas. Historiador de formación –y publicista, aunque se lo tenía callado–, Romero disfruta tanto o más que en los concursos en su librería El Laberinto.

–Un periodista me insiste en que estudió con usted en Ciencias de la Información, ¿se lo inventa para presumir de compañero famoso o prefiere ocultar esa parte de su pasado?

–Me da tanta vergüenza la carrera que no lo digo porque fueron cinco años para tirarlos a la basura. No hice Periodismo, sino Publicidad, pero me parece una estafa de carrera. Ni ejercí ni digo que soy licenciado en Ciencias de la Información.

–¿Lo sacamos a la luz?

–Sáquelo.

–Como diría un abuelo, pero sin retintín: ¿se las sabe todas?

–Ojalá me las supiera todas, hubiéramos ganado ya el bote.

–¿Se prepara con crucigramas o con sudokus?

–Con nada. No tengo tiempo, ojalá. Tengo un trabajo y una vida. Voy con lo puesto a los concursos.

–Un amigo que tiró su infancia aprendiéndose todas las capitales de África está indignado con Google porque "hoy, cualquier robaperas con smartphone cita a Chesterton". ¿Comparte su frustración?

–No, la cultura no es saber datos. Eso demuestra que tienes buena memoria. Cualquier robaperas puede citar a Chesterton o a Nietzsche. No eres más culto por responder como un loro.

–Santiago Segura saltó a la fama como concursante. ¿Su evolución intelectual lógica será también escribir guiones como los de Torrente o no se siente preparado para elevarse tanto?

–Bueno, he escrito poco en plan literatura, pero creo que lo de Santiago Segura fue una manera de llegar a donde él quería. Creó un personaje que debe entenderse como una parodia, que en muchos casos me parece muy inteligente, sobre todo la primera película, que no es ninguna cosa zafia.

–¿Ha pensado montar una academia de opositores a concursos con su compañero Óscar Díaz?

–Una academia con disciplina. En ¡Boom! el porcentaje de preguntas de cultura pop, por decirlo en un sentido amplio, es mucho y ahí es imposible formar a alguien. Puedes hacerlo en Literatura, Historia, Deportes incluso... pero cuando preguntan cuál de cinco actores españoles interpretó a Fernando el Católico y resulta que era José Luis López Vázquez en una película de cachondeo con Lola Flores de Isabel la Católica, pues ya me dirá cómo formas para un concurso. Es bueno que cada vez se pregunten más cosas así, todo evoluciona y conocimientos que antes eran el templo del saber conviven ahora con otros.

–Jordi Hurtado, Silvia Jato, Juanra Bonet... ¿Cuál de esos presentadores es el mejor para tomarse un par de olorosos?

–Me los tomé con Jordi Hurtado en Jerez, pero lo haría con cualquiera.

–¿Y cómo acabó.. él?

–No acabó mal porque yo tenía que ir a trabajar. Él estaba en Chiclana y echamos un día muy bueno en Jerez.

–Hablan maravillas de su librería, El Laberinto. ¿Entra algún menor de 50 años?

–Sí, sorprende la de niños que hay aficionados a los libros, muchos entran y flipan. Después viene una edad un poco tonta.

"Ya quisiera tener los 3.000 pares de zapatos de Imelda Marcos, pero tengo problemas de almacenaje"

–Presume de su tierra.

–Siempre.

–¿Por qué no emula en algún programa a Pedro Pacheco y grita: "Siempre, siempre, siempre Jerez. ¡Me encanta Jerez!"?

–Hay dos empresas jerezanas que hacen camisetas con mucha gracia. Llevé una al programa con la cara de Pedro Pacheco y abajo ponía "La Justicia es un cachondeo". Y otra con "¡Me encanta Jerez!" también la he llevado. Y he hablado de él en la tele, son tantos programas ya...

–Creo que es hermano del Santo Crucifijo...

–No, no, no. Del Prendimiento.

–Perdón. ¿Es muy capillita?

–No pierdo la cabeza. Soy hermano del Prendimiento, salgo cada año, me gusta la Semana Santa, pero no soy el torta que sale un paso y voy detrás corriendo.

–Imelda Marcos llegó a reunir 3.000 pares de zapatos, ¿le echa la pata?

–Uy, qué va, ya quisiera yo. No llego a tanto todavía, pero voy en camino. Ya tengo problemas de almacenaje con los zapatos.

–¿De dónde le viene esa pasión por el calzado?

–De siempre, pero más desde que conocí a Abraham Zambrana. Tiene un concepto que no conocía; aparte de trabajar muy bien el zapato clásico, hace combinaciones de colores y materiales que me encantan. Cuando entré en ¡Boom!, un programa raro porque en los concursos no se suele ver el calzado, le dije que quería llevar sus zapatos y mantengo esta tradición. Ya tengo una colección importante.

–¿Qué fiscalidad soportan los premios de los concursos de televisión?

–Depende de lo que ganes. La misma que el rendimiento del trabajo.

–Pues le iba a preguntar qué le parece que un librero tribute con un tipo mayor que los tertulianos de Sálvame.

–Tributamos igual. También hay que valer para ser tertuliano de Sálvame.

–Me ha dicho un pajarito que le encantaría ir al festival de Bayreuth de música clásica. No lo veía yo en Benicásim o en el Sonorama.

–La verdad es que no y mire que mis amigos se tiraron una época en la que iban allí donde actuaban Los Planetas. Yo fui con ellos pero no a los festivales, algunos sitios eran infames en unos descampados...

–Tiene un paladar exquisito y le chiflan el cava y el champán. Las bodegas de fino estarán buenas.

–Y el vino de Jerez también, ¡eh! Lo he dicho 40 veces en ¡Boom!. El cava me encanta pero también un buen vino de Jerez. Doy charlas en el Ateneo, hermandades y demás, y como no pagan, les pido una botella.

–Y se le ponen los ojos como platos investigando en un archivo histórico...

–De hecho, me ha pillado investigando en el archivo.

–¿Por qué no le hace una rutita a los 350 diputados?

–No es una cuestión de formación. En la política hemos llegado a un grado de bajeza moral que ni archivo ni nada, es complicado de remediar.

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