Director de Investigación de Opinión Pública en Ipsos

Francisco Camas García: “Pensar que la política no puede hacer nada por ti es negativo para cualquier sociedad"

“Pensar que la política no hace nada por ti es negativo para un país”

“Pensar que la política no hace nada por ti es negativo para un país”

–Análisis, datos. ¿Qué le apasiona de ellos?

–Lo más apasionante que tiene mi trabajo es que me permite tener una especie de termómetro y de casi cámara, como si fuera un espía, para saber lo que piensan, lo que perciben y el estado de ánimo de la gente. Investigar y saber por dónde van las corrientes de opinión en la sociedad y tratar de ayudar a que la gente entienda por qué pensamos lo que pensamos y por qué actuamos como actuamos.

–¿Tiene mucho de psicología?

–Sí. Al final, las personas no somos perfectas y tenemos nuestras disonancias. De alguna manera, los datos nunca hablan por sí mismos. Por tanto, describen una realidad y una parte importante de nuestro trabajo es aprender a interpretarlos, No sé si hacer terapia con ellos, pero desde luego saber qué es lo que significan y qué hay detrás. El fundador del método de encuestas, George Gallup, decía que medimos el pulso social.

–¿Las elecciones son una bendición en su trabajo?

–Siempre, desde el punto de vista de que somos un poco frikis del análisis de encuestas y esto nos encanta, nos apasiona. Pero al mismo tiempo es verdad que es un reto y que tratar de reflejar lo mejor posible cuál va a ser probablemente el comportamiento de los electores tiene esa incertidumbre, esa inestabilidad, ese estrés. Y claro, también asesoramos a partidos políticos y a empresas que quieren saber qué es lo que va a pasar. Nosotros no podemos predecir con un grado de precisión muy grande qué va a pasar, pero sí podemos acercarnos bastante razonablemente bien y, sobre todo, que creo que es lo más importante, explicar el porqué nos hemos encontrado con ese resultado.

–¿Cambia mucho la intención de voto a última hora?

–Es verdad que en la última década, no sólo en España, sino en los países de nuestro entorno, cada vez decidimos más tarde nuestro comportamiento electoral. Los datos con los que contamos en España es que aproximadamente un 20% de los electores, 1 de cada 5, decide durante la campaña o el mismo día de las elecciones. Un dato altísimo. De cara a las municipales, aproximadamente 7 millones dice que lo va a decidir en estos días. El grado de incertidumbre es mucho más alto. Nuestras herramientas son las encuestas y cada vez más las realizadas dos o tres semanas antes se van quedando desfasadas y, al haber tanto cambio de última hora, pues necesitamos realizarlas lo más cercano posible al día de la elección.

–¿La incertidumbre va por regiones?

–Sí. No es el mismo grado en todas partes. Ahora mismo, por ejemplo, hay tres ecosistemas: el madrileño, barcelonés y andaluz. El madrileño es muy poco indeciso, la mayoría de los electores en Madrid tiene claro que irá a votar y lo que votará. En Barcelona, la indecisión es altísima, del 30%; en Madrid es sólo del 6%, antes de empezar la campaña. En Andalucía estamos en un punto intermedio.

–¿Y qué previsiones hay de abstención?

–No mucha más alta que en otras elecciones autonómicas y municipales. Suelen concebirse por los electores como elecciones de segundo nivel, no son tan importantes como unas generales, por tanto el nivel de participación siempre es menor.

–¿Cómo son los electores más jóvenes, votan de forma diferente?

–Cada vez se parecen más. Vivimos un primer momento con toda la oleada del 15-M (2011-12-13) en la que había una parte del electorado huérfana, sobre todo los que tenían entre 18 y 30 años. Aumentó muchísimo su interés por la política y fueron justamente los nuevos partidos quienes de alguna manera dieron salida a esos intereses de la gente más joven: Ciudadanos, Podemos y VOX. Entre 2015 y 2018, lo jóvenes votaban muy diferente a sus mayores. Ahora, esa generación sigue votando ligeramente distinto, pero los nuevos jóvenes, los que van a votar por primera vez o tienen hasta 25 años, cada vez se van a parecer a sus padres y abuelos en término de votos. Es decir, van a votar mucho más bipartidista, sus principales referencias van a ser PSOE y PP.

–¿Cómo se traduce el voto en blanco o no votar?

–Siempre es mejor votar porque es un indicador del vinculo de la ciudadanía con la política. Niveles bajo de participación son siempre negativos desde un punto de vista democrático y de cultura política de un país. Personas que creen que la política no puede hacer nada por ellos siempre es negativo para cualquier sociedad. Y un voto en blanco es un voto válido, es decir, se contabiliza para traducir los votos en escaños. Cuanto mayor es el voto en blanco, mayor es el umbral para conseguir escaños.

–No le pregunto quién va a ganar...

–Es la gran pregunta y somos los únicos que podemos acercarnos a la tendencia. Para saber qué va a pasar hay que saber de dónde venimos. Venimos de unas elecciones municipales en 2019 en las que el PSOE fue la primera fuerza. Desde entonces hemos visto un cambio de tendencia, un crecimiento del PP, sobre todo a costa del declive de Ciudadanos. En 2019 su suma era mayor que la del PSOE. En estas elecciones esperamos que, como poco, PSOE y PP estén empatados en número de votos.

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