Sergio Romero Pizarro. Embajador de Chile en España

"Hemos forjado una nacionalidad muy particular basada en la mezcla"

  • Su perfil es similar al de nuestro Josep Piqué: empresario de ideología conservadora que presta un servicio político al país por tiempo limitado. Es, por lo tanto, un buen delineador de puentes entre lo público y lo privado.

-Si el argentino es de natural expansivo, ustedes los chilenos parecen más bien lo opuesto.

 

-Tal vez porque los Andes son muy altos, tenemos una estructura de pensamiento muy modesta. Somos serios y trabajadores. Unamuno atribuía dos grandes logros al pueblo vasco: la Compañía de Jesús y la República de Chile. Me atrevería a agregar otro. Hemos forjado una nacionalidad muy particular basada en la mezcla, porque si bien en la fundación de Chile había gran cantidad de extremeños y andaluces -nosotros hablamos parecido-, hubo una colonización alemana (1850) muy bien hecha en el sur, presencia inglesa en los puertos y francesa en la vitivinicultura. Tenemos una honda raíz española de la que nos sentimos orgullosos, porque creemos que Iberoamérica es nuestra mayor plataforma para proyectarnos en el mundo. El español, siendo la segunda lengua, tiene el vigor y la categoría necesarios.

-Rozan el pleno empleo. ¿Cuál es la clave del milagro económico chileno?

-Ha habido coherencia y consecuencia en un modelo basado en la libertad, tanto política como económica. Llevamos aplicando las mismas reglas de juego desde hace mucho tiempo: claridad, seguridad jurídica e igualdad entre inversores hacen que Chile sea una suerte de lugar muy prioritario para desarrollar actividades, y hoy día vivimos en un mundo donde la internacionalización es una palabra crucial, sobre todo cuando se habla de la pyme. Nosotros la hicimos hace más de 30 años. En Asia-Pacífico hay una clase media emergente. 4.000 millones de personas que van a querer ser abastecidas con todo tipo de servicios y bienes. Nos estamos constituyendo en un trampolín muy interesante para que las pymes españolas y europeas se instalen en los países de la Alianza del Pacífico.

-¿Perú ya no es un vecino plasta?

-Finalmente hemos entendido que con Perú vamos a ser vecinos más allá de los límites marítimos, siempre y para toda la vida. Las tiranteces son un episodio del pasado.

-Llama la atención que seis de las 11 causas pendientes en La Haya (una menos desde el reciente fallo Chile-Perú) impliquen a países iberoamericanos.

-En el pasado colonial americano todos los dominios eran de la corona española y no hubo mucha ocasión de precisar los límites. Por ejemplo, en el caso chileno, se hablaba del despoblado de Atacama como límite norte, ¿y qué es el despoblado de Atacama? Es el desierto de Atacama, que se inicia en Arica, tal y como dice el último mapa español encontrado. Es muy interesante un análisis histórico de los dominios de ultramar.

-La democracia chilena es bastante joven...

-Ahí comete un error.

-Entre 1973 y 1990...

-Está completamente equivocado: la democracia chilena arranca en 1830, lo que ocurre es que hay una interrupción del proceso democrático tal y como ha ocurrido en muchos países, pero quiero recordarle que aquí se desarrolló la alternancia en el poder desde el principio. Nosotros no participamos del caudillismo americano. Tuvimos los gobiernos de los decenios, que establecieron una república muy ordenada, con una Constitución de 1833 que duró hasta 1925... ¿qué país de Europa ha tenido algo similar?

-No pretendía retrotraerme a la época de San Martín sino preguntarle si, tras Pinochet, se han cerrado las heridas nacionales.

-Diría que estamos en el proceso final, porque después de 40 años ha habido tiempo más que suficiente para que se haya hecho un análisis de las razones y los efectos de la dictadura. Mirar hacia atrás nos convierte en estatuas de sal, aunque todo el mundo tenga derecho a hacerlo. Los chilenos miramos hacia el futuro. La gran mayoría, sobre todo la gente joven, busca otros parámetros. Del pasado hay que sacar experiencias positivas. Nuestra democracia es bastante madura.

-Diluir la desigualdad sigue siendo el gran reto.

-Tenemos un nivel de pobreza del 14%-15%. Una de las constantes mundiales actuales es la desigualdad. Cuando preguntas por los efectos más importantes de la crisis europea, la respuesta es que crece la brecha entre los que más tienen y los que menos. Nosotros entendemos la igualdad en el sentido de que todos tengan una educación adecuada para que sea el esfuerzo de cada quién el que sitúe a cada uno.

-El descontento de los estudiantes es otra constante.

-Ocurre en cualquier país desarrollado, y Chile está al borde del desarrollo. Yo lo comparo un poco con mayo del 68. Hay una homologación de la calidad en la educación superior. Junto con Brasil, somos el país con las mejores universidades de esta parte del planeta. Hace 30 años había 200.000 universitarios en Chile. Hoy hay 1,3 millones con 16 millones de habitantes, cuando en España hay 1,6 con 48. Hay mucha gente que quiere que sus hijos tengan una aptitud que vinculan a la universidad, y ocurre que el mercado laboral no siempre responde a esas expectativas, de ahí que se produzca una suerte de frustración. El Gobierno [del saliente Sebastián Piñera] ha ido superando situaciones como la del crédito universitario, que estaba marcado por intereses del 6% y ahora ha bajado al 2%.

-Ha pasado cuatro años en España. ¿Cómo la ve?

-Saliendo del túnel. Es una gran nación con infraestructuras espectaculares y un turismo impresionante. Ustedes tienen todas las condiciones para volver arriba. España es la primera inversionista en Chile con un stock de capital acumulado de más de 32.000 millones de dólares, y esta alianza estratégica debe perdurar. 

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