-¿Cómo está Youtube en cuestión de flamenco?
-Hay muchísimo material. Es lo mejor que han inventado. Yo tengo mis colecciones pero en Youtube hay cosas de los más antiguos como La Argentina o Encarnación López, vídeos que yo no encontraba. Antes había visto a Pastora Imperio hacer pinceladas en la película María de la O, por ejemplo, pero luego he podido ver más cosas en internet. Tenía muchísimas ganas de ver a La Argentina y la encontré en Youtube. Entre los flamencos nos pasamos vídeos y material, pero no todo el mundo lo comparte. También están las tiendas especializadas, pero Youtube está a disposición de todo el mundo, porque este material antes era muy cerrado. La gente puede ver la grandeza de este arte en internet y animarse luego a ir a un teatro.
-Presenta en el Festival de Música y Danza de Granada el espectáculo Extremo jondo.
-Es un espectáculo que voy a basar en el cante de Enrique El Extremeño, mostrar cómo se baila al cante, cómo escucharlo. Es mi obra más minimalista, se hace con el corazón con el único objetivo de crear momentos mágicos.
-Y además de minimalista, un espectáculo con menos producción, más barato...
-Hay que adaptarse a los tiempos que corren, es verdad que ahora viene muy bien hacer espectáculos minimalistas por la crisis.
-A la hora de interpretar, ¿dónde está el límite para no caer en la exageración?
-A mí no me gusta verme por eso, porque cuando veo un vídeo mío me digo: "Qué exagerada". Pero desde dentro se vive de otra manera, veo la actuación de una manera diferente a como lo veo luego en vídeo. Es difícil controlar. Yo estoy entregada, con los ojos vueltos y en trance... Yo soy exagerada en la vida, a la hora de hacer de comer hago para un regimiento. Es mi personalidad.
-¿Le han dejado equivocarse?
-No me han tenido amarrada, yo siempre he tomado decisiones. No me quiero quedar en bailaora tradicional, me gusta experimentar. Aunque he evolucionado está el sello de La Moneta. Cuando tienes un sello no lo desfiguras por añadir cosas. El pigmento está ahí. Mi visión del baile es muy clara, hay que mirar atrás y ser tradicional para seguir adelante.
-Mirar a los maestros, la máxima de todos los artistas. ¿Pero no es recomendable mirar también a los más jóvenes?
-Hombre, estoy en esa situación porque cada día sale gente más joven. Vengo de ahí, los jóvenes tenemos ilusión, proyectos, talento... Y muy poca vergüenza.
-¿La poca vergüenza es un valor en el arte?
-El miedo te deja sentada en tu casa. Los antiguos sentaron unas bases que nosotros tenemos que mantener y hacer evolucionar además.
-¿Nota el cambio de joven promesa a la que casi se le perdona todo a artista a la que ya se puede criticar sin tapujos?
-Son más exigentes, pero yo también lo soy, por lo que estoy de acuerdo con ellos.
-¿La primera obligación del joven es llevarse la vida por delante?
-Soy de esa opinión, he venido para arrasar con todo. Pero los mayores están para enseñarnos las cosas que se te escapan.
-Raúl Comba, su mánager, siempre ha tenido claro que tenía un diamante entre manos. ¿En algún momento ha pensado que se equivocaba?
-Yo sigo dudando de mí, esa inseguridad siempre está en los artistas y por esa inseguridad damos lo que damos, es lo que nos hace reinventarnos. Las personas inquietas somos las que más sufrimos el miedo escénico.
-¿Qué plazas le quedan por conquistar?
-Hay sitios, por ejemplo el Maestranza. Pero mejor así, si hubiera cumplido con todos mis sueños estaría de vuelta, y yo estoy yendo.
-Saliendo del tópico, ¿no cree que un gran porcentaje de los andaluces no tiene ni siquiera un mínimo interés por el flamenco?
-A ver, creo que el público general, no el aficionado, todavía tiene prejuicios. No voy a encender el pilotillo de alarma y decir que todo el mundo tiene prejuicios, que no es así, es un arte universal. Pero respecto al público general se actúa mejor en el extranjero precisamente por la falta de prejuicios.
-¿Ha tenido que cambiar ya de pasaporte por tenerlo repleto de visados?
-Sí, una vez. Voy por el segundo pasaporte.
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