Miguel Ángel López Zúñiga | Médico con un 45% de discapacidad y escritor

“La palabra discapacidad es una etiqueta y se asocia erróneamente a validez”

Miguel Ángel López Zúñiga

Miguel Ángel López Zúñiga / MG

Nació en 1990 con una meningitis que le produjo una parálisis cerebral. Gracias a su afán de superación se licenció en Medicina en Granada y llegó a ganar el premio del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos al ‘Mejor Expediente MIR’. Trabaja en el Hospital de Jaén y es un médico muy comprometido con proyectos solidarios. Ha escrito varios libros cuyas recaudaciones han ido a parar a diferentes onegés. Ahora quiere hacer el Camino de Santiago en bicicleta desde Granada y recaudar fondos para que niños con parálisis cerebral puedan hablar a través de ordenadores. El reto se llama ‘Móntate y pedalea’.

-Usted tiene una discapacidad física del 45%, ¿Se considera un discapacitado?

–Creo que es una etiqueta inadecuada. Todos somos capaces e incapaces en función de las tareas u objetivos que nos marquemos. La palabra capacidad se asocia erróneamente a validez. No soy menos válido que otra persona por mi discapacidad o la limitación que pueda tener.

–¿Cómo una persona que nace con una discapacidad física del 45% y con parálisis cerebral llega a ser médico?

–Con esfuerzo… sobre todo de la familia. Cuando yo tuve la meningitis, tenía apenas unas horas de vida, nadie podía saber qué secuelas tendría en el futuro, si tendría problemas intelectuales, para caminar, hablar… o sería más o menos dependiente. Los primeros años de vida, cualquier persona depende de los mayores que le rodean y mi familia decidió ir a por todas, no ponerse techos y trabajar intentando desarrollar mis capacidades al máximo. Estudiar Medicina, en mi caso, no tiene más merito que el de cualquier persona que estudia Medicina.

–Además de ser médico, ha escrito libros, conduce y monta en bicicleta… Donde hay un reto ahí está usted.

–He aprendido a vivir de reto en reto. Desde pequeñito… ahora toca aprender a andar, ahora a abrocharse un botón, atarse los cordones..., ¿seremos capaces de quitarte los manguitos? ¿y de quitar una rueda accesoria de la bici? Aprendí a vivir así, sin ponerme límites, trabajando para conseguir mis objetivos y asumiendo que hay algunas cosas que no están a mi alcance.

–Y su próximo reto es un proyecto solidario que se llama ‘Móntate aquí y pedalea’. ¿En qué consiste?

–Esta locura consiste en hacer el Camino de Santiago en bicicleta desde Granada. A la distancia que hay que recorrer, se suma el reto para mí de que la bici con la que me voy es de carretera, bastante más inestable que la de montaña que es la que yo he utilizado siempre, y solo llevo cuatro meses usándola.

–¿Por qué hacer este reto ahora?

–Desde hace tiempo había pensado hacer el Camino de Santiago y se me ocurrió que era un buen momento para ponerme a prueba en la esfera física. Tenía pensado en hacerlo en abril, pero las restricciones debidas a la pandemia he tenido que aplazarlo. Esperamos salir el 30 de mayo.

–Sin embargo, ahora es mucho más que algo personal…

–El objetivo principal sigue siendo romper una barrera, superarme y demostrar que no existen límites que otros me impongan. Quizás no consiga llegar, es una posibilidad, pero no va a ser por que otros digan que no puedo… Y bajo esa filosofía crece este proyecto y se convierte en algo mucho más grande, en un proyecto solidario a favor de la Asociación de Parálisis Cerebral de Granada (ASPACE).

– ¿Qué espera conseguir?

–Podríamos hablar de tres objetivos: el primero es mostrar que la palabra discapacidad es sólo una etiqueta. Estoy seguro de que nadie debe catalogar a nadie de capaz o incapaz sin darle la posibilidad de que esa persona intente demostrar su valía. El segundo de ellos es darles fuerzas a familias que, cómo la mía, se encuentran con la desagradable sorpresa de que su bebé tiene algunas dificultades. Espero que nunca dejen de estimular a sus hijos. El tercero tiene que ver con la solidaridad. Queremos comprar dispositivos que faciliten que niños que no pueden hablar, puedan comunicarse. Algo parecido a lo que usaba Stephen Hawking, el ordenador que hablaba por él.

–¿Cómo se puede participar?

–¡De cualquier forma! Desde venirse a pedalear conmigo en esta aventura a dar difusión a nuestras publicaciones o hacer donaciones. Se podrá donar dinero mediante transferencia o bizum; comprar camisetas o maillots o participar en la carrera solidaria que podremos en marcha mientras yo esté haciendo el Camino. Por cada kilómetro recorrido por la gente, diferentes empresas harán donaciones. En www.montateaquiypedalea.org se podrá ver todo lo relacionado con el proyecto.

–Esta no es la primera vez que realiza algo con un fin solidario… ¿verdad?

–Así es, tuve la suerte de escribir un libro de divulgación sobre Medicina llamado Medicina para no médicos y decidí donar todo lo recaudado al Instituto Andaluz frente el Acoso Escolar (IAPAE). Uno de cada cuatro niños sufre acoso escolar. Yo fui uno de ellos. Todo eso hay que denunciarlo.

–¿De dónde nace la necesidad de escribir un libro que se llame ‘Medicina para no médicos’?

–En el periodo de la formación MIR fui consciente de que muchos pacientes y familiares no sabían realmente cual era el motivo de estar ingresado o la gravedad de su enfermedad. Me di cuenta de que el problema lo teníamos los propios médicos. Explicamos las cosas a gente que no sabe de Medicina cómo si fueran sanitarios. Un día un paciente me pidió que escribiese todo lo que le había explicado para que otros pacientes pudieran enterarse de qué les estaba pasando a ellos. Fue cuando decidí escribir el libro.

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