España

El Gobierno da por cerrada la estabilidad para agotar la legislatura

Pedro Sánchez, Nadia Calviño  y Yolanda Díaz

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz / EFE

El Gobierno y el PSOE consideran que la sucesión de hitos políticos de la semana, como el debate sobre el estado de la nación, el aval del Congreso a las medidas anticrisis y la reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, han cohesionado al Ejecutivo y evidenciado que la mayoría de la investidura "sigue viva".

"La estabilidad política se ha garantizado para agotar la legislatura", afirman fuentes del Gobierno, que aseguran que se han cumplido las expectativas que tenían para que el debate de política general fuera un revulsivo ante el año y medio que queda hasta la convocatoria de elecciones generales y tras reveses como el resultado de los comicios andaluces.

Las medidas que anunció Sánchez en ese debate, que han supuesto un giro a la izquierda, han recibido el aplauso de Unidas Podemos después de una de las etapas más difíciles de la relación entre los aliados a cuenta del gasto militar.

En Moncloa se tiene la esperanza de que las diferencias que seguirán surgiendo entre ellos vayan acompañadas de menos "decibelios", tal y como ya pidió en su día el propio presidente del Gobierno.

En cualquier caso, tienen el convencimiento de que "se han disipado las dudas, si es que alguien las tenía, de que la coalición llegará hasta el final del mandato".

Pero más allá de la lectura en clave de cohesión entre PSOE y Unidas Podemos, creen esencial que se haya evidenciado tanto en ese debate como en la aprobación del decreto de medidas para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, o en el respaldo a la ley de Memoria Democrática, que "la mayoría de la investidura no es historia, sigue viva".

No han faltado en esos debates las críticas y advertencias de los socios, como las que explicitaron en la tribuna de oradores los representantes del PNV, EH Bildu o ERC, pero el Gobierno afirma que "con hechos" seguirá convenciéndoles hasta el final de la legislatura.

Y espera hacerlo para que el proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para 2023 supere el trámite parlamentario.

Especial relevancia otorga Moncloa también a la reunión de Sánchez con Aragonès en la que se fijó para antes de fin de julio una nueva reunión de la mesa de diálogo.

"No será una puesta en escena. Habrá acuerdos", afirman las fuentes para resaltar que, pese a la persistencia de discrepancias entre las partes que admiten que son insalvables, el compromiso por la convivencia es claro.

Aunque valoran que el PP pasara del no a la abstención en la votación del decreto anticrisis, el Gobierno es muy duro contra este partido y su líder, Alberto Núñez Feijóo, "por pretender revivir a ETA por puros intereses partidistas y electorales" y por seguir "poniendo excusas para no cumplir la Constitución" y desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.

En el PSOE también reina la euforia tras el discurso de Sánchez en el debate sobre el estado de la nación, que les ha ayudado a levantar el ánimo y a recuperar la moral tras las elecciones de Andalucía.

Numerosos diputados socialistas destacan la "empatía" de su secretario general en esa intervención y algunos reconocen que incluso se emocionaron al escucharlo.

En el PSOE celebran también los anuncios que hizo el presidente, como la creación de un nuevo impuesto a la banca, porque creen que en este momento de crisis económica son necesarias medidas más contundentes y, además, "es de sentido común que arrimen el hombro los que más tienen".

"Si seguimos así, no vamos a necesitar ni socios", comentaba una diputada.

Sin embargo, la mayoría de los socialistas niegan que haya habido un giro a la izquierda en el PSOE, una idea que ya rechazó el propio Sánchez en su discurso.

"No es girar hacia un lado o hacia otro, sino reafirmar un camino emprendido al principio de la legislatura: la justicia fiscal para tener justicia social", dijo.

Algún diputado socialista sí reconoce que ha habido un giro, sobre todo en comparación con la línea emprendida tras el Congreso Federal celebrado el pasado mes de octubre en Valencia, donde el PSOE se reivindicó como firme defensor de la socialdemocracia y empezó a mirar de reojo hacia el centro para evitar fugas de electores al PP.

Pero esta estrategia no les ha salido bien, a juzgar por los resultados electorales en Andalucía y Castilla y León.

Y aunque el gran enemigo de los socialistas sigue siendo el PP, con Alberto Núñez Feijóo al alza en las encuestas, el PSOE tiene un nuevo frente electoral abierto con el proyecto emprendido a su izquierda por la vicepresidenta Yolanda Díaz.

En el caso del PP, los socialistas creen que perdió fuelle en el debate del estado de la nación al centrar la mayor parte de su intervención en ETA en lugar de analizar la situación económica y plantear propuestas, algo que achacan a su falta de "proyecto político".

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