Nuevo palo de Page: "Singulares somos todos, tontos no somos"
El líder manchego dice que no consentirá que el Gobierno central apruebe un modelo distinto para Cataluña
"No cuela llamar singularidad cuando lo que buscan literalmente son privilegios", subraya el socialista
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El presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha advertido de que no consentirá que el Gobierno central apruebe un modelo de financiación singular para Cataluña, pues a su modo de ver es una ofensa para las demás regiones, que además supondría privilegios, lo que a su entender va en contra de los valores progresistas.
Durante la celebración del 40 aniversario de la puesta en marcha del servicio de hemodiálisis en el Hospital de Guadalajara, el presidente castellanomanchego ha advertido de que no va a consentir que se apruebe una financiación singular para Cataluña, y ha considerado que "sería un precio demasiado caro por mantener un puesto", por ello ha señalado que no va a entrar "en ese debate".
"Me considero progresista y estoy en política para luchar contra los privilegios. No cuela llamar singularidad cuando lo que buscan literalmente son privilegios", ha afirmado García-Page, quien ha considerado que "cualquiera que se ponga la camiseta de progresista tiene que luchar contra los privilegios, no ampararlos".
Para García-Page, ya es "bastante duro tener que pactar o tragar" con la "extrema derecha catalana", y en particular ha citado al ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, al que ha acusado de "generar odio contra el resto" como para "que encima que el principal valor, que es la igualdad y evitar privilegios, se vaya a pisotear".
"Bastante duro es ver cómo se erosionan los valores progresistas, se ponen en cuestión o se disimulan", ha denunciado el presidente castellanomanchego, que ha sostenido que una financiación singular para Cataluña es "una ofensa" hacia el resto de comunidades autónomas que "no se han gastado ni un euro en embajadas en el extranjero, ni en estructuras para destrozar el país ni en propaganda para romper España".
Por ello, ha afeado que "solo faltaría que encima la fiesta la paguemos entre todos y que le llamemos singularidad", pues a su modo de ver es "la diferencia más grande".
La comparación de Cuenca y Fuenlabrada
De hecho, ha sostenido que todas las comunidades autónomas son singulares, porque "no tiene nada" que ver Madrid, con 7 millones de habitantes en una única provincia, que Castilla-La Mancha con cinco provincias y 2 millones de habitantes, y ha puesto el ejemplo de que para atender a toda la población de la provincia de Cuenca se precisan 50 centros de salud, mientras que la misma población se atiende en Fuenlabrada con cinco centros.
Ha abundado en que también tienen singularidades las islas, porque no están en la Península, o las regiones con mucha montaña o las regiones con zonas de costa.
"Singulares somos todos (...). Que no nos engañen, que tontos no somos en este país", ha espetado el presidente castellanomanchego, que ha resaltado que Castilla-La Mancha lleva "diez años esperando, haciendo un esfuerzo a pulso" a que el Gobierno central aborde la financiación autonómica, y ha afirmado que le da lo mismo reclamarlo al actual Ejecutivo como a otros anteriores, porque ha declarado que sus intereses están en la región.
También ha defendido que, si las autonomías se ciñen al papel que les otorga la Constitución, el 90 por ciento de su gasto debe ir a sanidad, educación o servicios sociales y se ha preguntado si las autonomías que se "toman en serio" sus responsabilidades van a tener que renunciar a ello "simple y llanamente para que haya supervivencia".
Y en alusión a que estas palabras las ha pronunciado en el Hospital de Guadalajara, para el que ha anunciado nuevos servicios, ha opinado: "Donde se necesita un auténtico hospital para la supervivencia es en Madrid, en el Congreso. Pero no puede costar más ese hospital de campaña lleno de lesiones que lo tiene que valer la sanidad de verdad".
"Sabía que tener el poder cuesta, y que a veces se paga un alto precio por gobernar, pero que sea más caro el no poder gobernar, que valga más dinero y lo tengamos que pagar entre todos los españoles es especialmente lamentable", ha concluido García-Page.
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