España

PSOE y Podemos seguirán juntos pese a asumir su relación agotadora

  • Pedro Sánchez insiste en la "diferencia de criterios" y en la "necesidad de rebajar los decibelios"

  • La formación morada acusa a los socialistas de "traicionar a las mujeres" al apoyarse en PP y Vox

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero, durante el pleno en el Congreso de los Diputados.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero, durante el pleno en el Congreso de los Diputados. / Ricardo Rubio / Europa Press (Madrid)

Dos socios, PSOE y Unidas Podemos, que se lanzan reproches como el de "impresentables", con confesiones explícitas de cansancio hacia el otro y con gruesas acusaciones de traición a las mujeres, son capaces de seguir juntos en el Gobierno hasta el final de la legislatura.

Ese es el mensaje que se afanan en lanzar las dos formaciones del Ejecutivo de Pedro Sánchez el día en que han trasladado al pleno del Congreso su choque por la reforma de la ley del sólo sí es sí.

Pese a las buenas palabras en las que se aseguraba que había posibilidad de llegar a un acuerdo antes de la toma en consideración de la proposición socialista, se ha confirmado la ruptura.

Han sido muchas las cuestiones a lo largo de la legislatura que han permitido evidenciar posiciones distintas entre las dos almas del Ejecutivo y ante las que han ido argumentando que es normal que eso ocurra.

Sánchez ha hablado en varias ocasiones del "ruido" de la coalición y de la necesidad de rebajar los "decibelios", pero ha insistido en la normalidad de la diferencia de criterios y en que son muchas cosas más las que les unen que las que les separan.

También se apela ahora a esa normalidad, pero hay conciencia en ambas partes de que este enfrentamiento es especialmente delicado y menos entendible para la ciudadanía al versar sobre una cuestión como la defensa de los derechos de la mujer ante la que los dos aliados se presentan como sus abanderados.

Por eso intentan hacer una labor de pedagogía con sus respectivas motivaciones para intentar convencer uno y otro que están en posesión de la razón.

Desde la tribuna del Congreso, la socialista Andrea Fernández ha dejado patente el hartazgo con la actitud de Unidas Podemos ("estamos cansadas de sus peroratas", ha dicho) y su compañero y portavoz del grupo, Patxi López, en los pasillos de la cámara, ha dedicado a su socio calificativos como el de "irresponsable" e "impresentable".

A su vez, también desde la tribuna, la diputada de la formación morada Lucía Muñoz ha vuelto a acusar a los socialistas de "traicionar" a las mujeres y de aliarse con PP y Vox, al tiempo que ha pedido inundar las calles este 8 de marzo para decir a "los fascistas" que no van a permitir que se arrebaten sus derechos.

Queda claro que no es el mejor momento en la relación de los integrantes del Gobierno de coalición, pero se asegura desde una y otra parte que va a continuar porque aún queda mucho por hacer en la presente legislatura.

Ponen como ejemplo de ello el anteproyecto de la ley de paridad tramitado este martes en el Consejo de Ministros y cuya tramitación debe acelerar el Ejecutivo para que se convierta en realidad en la presente legislatura.

Una iniciativa que también ha conllevado la extrañeza de que en su presentación en la rueda de prensa posterior al Consejo no compareciera la ministra Irene Montero cuando está al frente de una responsabilidad como la de Igualdad.

En Moncloa se achaca gran parte de las diferencias y de que se aireen de forma especial al hecho de que se esté en un año electoral, con los comicios municipales y autonómicos a algo más de dos meses y con las elecciones generales en diciembre.

Por eso asumen que seguirá habiendo cuestiones en las que Podemos continuará proclamando diferencias para marcar más perfil propio, pero sin que vislumbren que pueda haber una ruptura.

Es el mismo análisis que se hace en Ferraz, que la coalición resiste y va a seguir viva hasta el final de la legislatura, mientras que desde la formación morada se asegura igualmente que seguirán de la mano hasta que acabo el mandato de Sánchez.

Los dos socios dan, por tanto, garantías para esa continuidad. Cuestiones pendientes como la ley de vivienda o la ley mordaza parecen garantizar también que el ruido no cesará.

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