España

Podemos se escora hacia ERC

  • Los de Pablo Iglesias y Ada Colau no apoyarán a Inés Arrimadas ni a Miquel Iceta si necesita a C's

Es como si el guión estuviese escrito. En Comú, la alianza electoral de Ada Colau y Pablo Iglesias, no facilitará la investidura de un presidente del bloque constitucionalista en Cataluña. Ni a Inés Arrimadas, de Ciudadanos (C's), en ninguno de los casos, ni al socialista Miquel Iceta si necesita, a la vez, los votos de los naranjas, como le ocurrió a Pedro Sánchez a nivel nacional en su primera investidura. Todos los sondeos indican que el papel de los comunes, como se les denomina en el Parlamento catalán, será el decisivo para elegir al nuevo presidente de la Generalitat, pero los morados cierran la posibilidad de que éste sea un líder que los agrupe a ellos y a los constitucionalistas. Es más, todo indica que la opción preferida es repetir el tripartito de izquierdas, junto a ERC y al PSC.

Esquerra Republicana siempre ha cortejado a En Comú como aliado estratégico a largo plazo para conseguir la independencia de Cataluña. La formación de Oriol Junqueras ha postergado el objetivo de la secesión, pero sólo es eso: un atraso. En el documento hallado por la Guardia Civil en el domicilio de su ex secretario general en Economía, Josep Maria Jové, se daba cuenta de que los independendistas aún no tenían la mayoría social, por lo que era necesario atraerse a los comunes, partidarios del referéndum de autodeterminación. El documento, titulado Enfocats, es una auténtica hoja de ruta del soberanismo, la que está empleando el instructor del Supremo como prueba de cargo de la encarcelación de Junqueras. A esta posible alianza de intereses, buscada por ERC, se añaden otros hechos, como la reunión y cena secreta que Pablo Iglesias, Xavi Domènech (el candidato actual), Oriol Junqueras y Marta Rovira, la secretaria general de ERC, mantuvieron en casa del empresario Jaume Roures en el mes de septiembre.

La hoja de ruta independentista marcaba como objetivo sumar a los comunes

El candidato Domènech no ha sido muy explícito aún, pero la portavoz de Podemos, Irene Montero, lo explicó muy bien ayer en el Congreso. Podemos no hará presidenta ni a Inés Arrimadas ni a nadie del PDeCAT, lo que excluye a Carles Puigdemont, ni a Miquel Iceta si para ser investido les necesita a ellos y a Ciudadanos. Es decir, que se reduce a la reedición del tripartito de Maragall, pero con una ERC, claramente, independentista y con el objetivo de "implementar" la república. En el caso de que ERC fuese el partido más votado, Marta Rovira sería la candidata a la Presidencia en la sesión de investidura, ya que Junqueras permanecerá en prisión. Todo se complicaría aún más si se considera que Rovira ha anunciado que en Cataluña habría un presidente "ejecutivo" que reconocería como "legítimo" a Puigdemont. Si Inés Arrimadas fuese la más votada y quedase muy cerca de ERC, no podría ser presidenta por el boicot de Podemos. Se perdería, así, la oportunidad de dar un vuelco absoluto a la política catalana.

Miquel Iceta también puede ser presidente. Y tampoco ha negado el tripartito de izquierdas si él fuese quien presidiera la Generalitat, aunque esa fórmula provocaría muchos problemas al PSOE de Pedro Sánchez en el resto de España. Pero no es una opción descartable, Iceta se presenta a estas elecciones como el único líder capaz de aunar las posturas más enfrentadas en Cataluña. Ahora bien, la palabra tripartito provocar dolores de cabeza en las filas socialistas, fue esa fórmula, nacida con Pasqual Maragall, la que alumbró un Estatuto que hubo que "cepillar" en el Congreso y que, tras se refrendado en las urnas, fue modificado por el Constitucional. Buena parte del malestar catalán tiene origen en esa sentencia.

Los comunes no son independentistas, pero su fórmula a favor del referéndum de autodeterminación es casi lo mismo, ya que esta propuesta se ha revelado como un banderín de enganche de los separatistas para ir sumando apoyos. Bien es cierto, no obstante, que el 44% de los catalanes desean un Estado donde cada comunidad tenga el derecho de decidir sobre su independencia, según el último sondeo del CIS. La alianza de Pablo Iglesias con la alcaldesa Colau supuso la salida de la formación de Albano Dante Fachin, muy ligado a las posturas radicales de la CUP, pero también de moderados como Coscubiela. Aunque la marca de Podemos fue la ganadora en Cataluña en las pasadas elecciones generales, la formación viene cayendo en picado en todas las encuestas, tanto en esta comunidad como a nivel nacional. No obstante, con un Parlamento tan fraccionado, van a ser tan importantes como en la pasada legislatura lo fue la CUP.

Los anticapitalistas de la CUP permanecen ajenos a la política de alianza. Su candidato, Carles Riera, declaró ayer que no apoyarán ningún presidente de ERC o del PDeCAT por "autonomista". La CUP pide al próximo presidente que mantenga la rebelión con el Estado español.

De este modo, y con los sondeos en la mano, la elección de un presidente en el nuevo Parlamento se antoja tan complicado que la amenaza de una repetición electoral es real.

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