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España

Urkullu se queja de que Rajoy aún no haya puesto fecha a su reunión

  • Quiere negociar un nuevo estatus de autogobierno y el derecho a consultar La reinserción, dice, es la clave de la política penitenciaria

El lehendakari, Íñigo Urkullu, afirmó ayer que, a día de hoy, desconoce si va a mantener o no una reunión con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, tal como él ha solicitado, y consideró que lo importante no es si ésta se desarrolla "quince días antes o cinco días más tarde", sino que se produzca y puedan hablar sobre la definición de un nuevo estatus de autogobierno, "el reconocimiento de la nación vasca", la actualización de los derechos históricos y el "derecho a consultar".

Urkullu hizo estas declaraciones en la localidad guipuzcoana de Azpeitia con motivo de la festividad de San Ignacio. Tras llegar al Consistorio acompañado de su esposa, Lucía Arieta-Arunabeña, fue recibido por el alcalde, Eneko Etxeberria, y por el diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano, ambos de Bildu. En la recepción también estuvieron presentes la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejería, así como la presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa en funciones, Eider Mendoza, las consejeras del Gobierno vasco Arantza Tapia y Cristina Uriarte, así como miembros del Gobierno foral guipuzcoano y de la Corporación municipal de Azpeitia.

Respecto al caso Pujol, que incluso miembros de CiU como Josep Antoni Duran Lleida consideran un serio obstáculo para la consulta independentista catalana del 9 de noviembre, Urkullu admitió que le preocupa "por la imagen política" pero no por el proceso soberanista, "ya que una cosa y otra nada tienen que ver". El lehendakari señaló que no trató este asunto con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, con quien habló poco antes de que éste se reuniera en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Respecto al terrorismo, el lehendakari destacó que la "vía de la reinserción" debe de ser la "clave" de la política penitenciaria con los presos de ETA, "un camino convergente al desarme total de ETA y al reconocimiento del daño causado para lograr un final ordenado de la violencia".

Urkullu alabó asimismo el "gesto absolutamente ejemplar" del ex preso de ETA Ibon Etxezarreta al acudir al homenaje de su víctima, el ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jauregui, por el reconocimiento del daño "injusto causado". Señaló también que se están planteando las bases de un "suelo ético compartido por las formaciones políticas" que consiste en un final ordenado de la violencia etarra.

El primer paso de este proceso, recalcó, debe ser "el desarme total y verificable" de la banda terrorista, seguido del "reconocimiento del daño causado" tanto por parte de ETA como por la izquierda abertzale, "que ha justificado la práctica de la violencia durante años".

El lehendakari agregó que, junto a esto, y "en un camino convergente", debe producirse la modificación de la política penitenciaria, en la que la clave debe de estar "en la vía de la reinserción". Por su parte, Garitano criticó la, a su juicio, "actitud negligente y pasiva" del Gobierno respecto a los presos de ETA un tema en el que "se niega a avanzar" pero en el que "al final se moverá", auguró.

La celebración de San Ignacio arrancó sobre las 10:00 en los soportales del Ayuntamiento de Azpeitia, donde Urkullu fue recibido por Garitano y Etxeberria, que al igual que varios de los integrantes del equipo de gobierno foral de Bildu portaban un pañuelo naranja con el nombre de Orkatz, la herriko taberna clausurada tras la sentencia de la Audiencia Nacional junto con otras 110. Al término del desfile, Urkullu acudió a la basílica de Loyola para asistir a la misa oficiada por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. En el camino hacia el templo un representante de la asociación de familiares de presos de ETA Etxerat entregó la lehendakari un informe sobre la situación de los reclusos.

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