Crónica Personal

Más cerca del Gobierno de izquierdas... o no

LAS declaraciones de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias al finalizar su encuentro -que prepararon con escenografía propia de un guión hollywoodiense, con happy end y demás parafernalia-, indican sin género de dudas que un Gobierno de izquierdas es posible. Iglesias renuncia a la vicepresidencia de un Gobierno de coalición y Sánchez dice que es hora ya de que se pongan a trabajar los equipos de los tres partidos para tratar de llegar a un acuerdo y que "estamos más cerca del Gobierno de cambio". Pero … pero sale Villegas a la palestra, número dos de Ciudadanos, y dice que su partido aboga por un pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos, y a continuación empiezan a filtrarse algunos datos sobre las larga conversación mantenida entre Sánchez e Iglesias, y en esas sale que Iglesias no quiere ver a Ciudadanos ni en pintura.

Conclusión: si Villegas mantiene lo que dice, si efectivamente es cierto que Iglesias no quiere que Ciudadanos esté en un gobierno apoyado por Podemos, si Iglesias renuncia a la vicepresidencia de un Gobierno en coalición pero exige que haya ministros de Podemos, y no en ministerios menores, y si Pedro Sánchez tiene que revalidar su proyecto de gobierno con el comité electoral de su partido, donde hay gente que no quiere ver a Podemos ni en pintura, y gente que no quiere ver a Ciudadanos ni en pintura… pues estamos donde estábamos. Con un Sánchez e Iglesias más cerca el uno del otro, sobre todo después de casi dos meses en los que no se encontraban a solas para hablar en profundidad, pero con los problemas de siempre. Los escollos a los que tendrán que enfrentarse para alcanzar el buscado pacto de izquierdas siguen siendo bastante considerables.

¿No ha servido entonces para nada el encuentro entre los líderes de PSOE y Podemos? Claro que sí, al menos ya saben los dos cuáles son los límites del otro, en qué está dispuesto a ceder y qué contraprestación le exige a cambio de ceder. Y saben ya en qué pueden ponerse de acuerdo, la prueba es que muy pronto decidieron la forma de aparecer en el Congreso de los Diputados: el paseíllo entre las cámaras, dar a conocer la dedicatoria del libro-regalo a través de Twitter, y más cámaras en la sala donde iban a iniciar la reunión. Los dos parecían más preocupados por el continente que por el contenido, les importaba más la foto que lo que se decidía en esa reunión, aunque era nada menos que el futuro Gobierno.

Es evidente que pertenecen a la misma generación, ese paseíllo habría sido impensable entre políticos de la Transición, por poner solo un ejemplo de los que se dejaron la piel por construir una España mejor.

Pero hoy se lleva otra cosa. El titular que ha provocado Sánchez es que "el Gobierno de cambio" está más cerca. Puede que sí. O puede que no.

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