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La cumbre evita las grandes áreas de fricción con Marruecos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con su homólogo marroquí, Aziz Akhannouch, ayer después la reunión plenaria de la cumbre.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con su homólogo marroquí, Aziz Akhannouch, ayer después la reunión plenaria de la cumbre. / David Zorrakino / ep

La falta de avances en los grandes frentes abiertos con Marruecos en los ya casi once meses transcurridos desde que se abriera la nueva etapa en las relaciones bilaterales a raíz del giro diplomático del Gobierno en el Sáhara Occidental prefiguraba el resultado de la "histórica" cumbre bilateral de Rabat. La XII Reunión de Alto Nivel -un formato concebido en 1991 como anual pero que no se celebraba desde 2015- Marruecos-España ha arrojado un balance más simbólico que concreto.

La XII RAN concluyó con la firma de una extensa Declaración conjunta en la que ambos países certifican el buen estado de las relaciones y en el que España reitera su apoyo a la propuesta autonómica marroquí para el Sahara Occidental, aunque el Gobierno de Sánchez no es capaz de arrancar a Marruecos una mera declaración de respeto a la integridad territorial de España.

Las empresas andaluzas cuentan con ventajas en materias como energía y lo agroalimentario

En este sentido, en términos similares a los expresados por las delegaciones de los dos países durante la visita del presidente del Gobierno el pasado 7 de abril, Sánchez aseguró que Madrid y Rabat se comprometen a evitar las "actuaciones unilaterales" y los hechos consumados -en mente la invasión terrestre de Ceuta en mayo de 2021 o el cierre de la aduana comercial de Melilla en agosto de 2018- y a abordar cualquier tema "por complejo que sea".

Sin embargo, la cumbre de Rabat no ha permitido lograr avances en ninguno de los grandes temas de discusión entre ambas administraciones. A pesar de las reiteradas promesas del Gobierno, España no ha sido capaz aún de poner en funcionamiento las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla. Recordemos que Rabat había cerrado unilateralmente en agosto de 2018 con la aduana melillense y liquidado el contrabando -el eufemísticamente llamado comercio atípico- en diciembre de 2019. La pandemia, con más de dos años de cierre fronterizo, seguiría golpeando al tejido empresarial de las dos ciudades.

Después de la "prueba piloto" llevada a cabo el pasado viernes, el Gobierno vinculaba la evaluación del test durante la RAN al establecimiento del calendario definitivo para la apertura de las instalaciones. No será el caso. Ceutíes y melillenses tendrán que esperar.

La Confederación del Guadalquivir colaborará con la agencia de una cuenca del sur marroquí

Tampoco, como era previsible, se han obtenido avances en las negociaciones sobre la delimitación de las aguas territoriales en la fachada atlántica o sobre la plataforma continental al oeste de las islas Canarias. El Gobierno había fijado además la RAN para actualizar el Tratado de Amistad de 1991, materia que tampoco ha sido abordada. No hubo, como tampoco ha sorprendido, alusión alguna a la supuesta implicación marroquí en el Qatargate ni al luctuoso episodio registrado en la frontera de Melilla el pasado 24 de junio, cuando la intervención de las fuerzas de seguridad marroquíes y españoles costó la vida a al menos 23 migrantes subsaharianos.

Entre los escuetos logros concretos, después de que desde el Gobierno se avanzara la firma de un centenar de acuerdos, las dos delegaciones -once ministros, todos del ala socialista, por parte española- suscribieron 18 memorandos de entendimiento sectoriales, meras declaraciones de intenciones en materias de relevancia subalterna.

Oportunidades para Andalucía

El más suculento de los anuncios no es un acuerdo bilateral, sino el compromiso del Gobierno, expresado el miércoles en Rabat por la ministra de Industria Reyes Maroto, de duplicar hasta los 800 millones de euros la línea de crédito destinada a las inversiones de empresas españolas en Marruecos.

Los de las energías, el agua, el agroalimentario, el transporte, la logística y la innovación constan, desde hace tiempo, entre los sectores más atractivos de la economía marroquí para la inversión española, y las empresas andaluzas, por su experiencia en estos ámbitos y la proximidad geográfica, cuentan con importantes ventajas para proseguir su implantación y continuar incrementando la actividad comercial, habida cuenta además que la pandemia ha subrayado la importancia de cadenas de valor regionales como en la que se insertan Marruecos y España.

Como anécdota, uno de los memorandos de entendimiento firmados entre el Ministerio marroquí de Equipamiento y Agua y el de Transición Ecológica español establece un marco de cooperación entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Agencia de la Cuenca de Tensift (en el sur del país) para la gestión de los recursos hídricos.

En cualquier caso, la cumbre ha escenificado el fin definitivo de la crisis bilateral, y el hecho de que la interlocución política, también la cooperación en materias tan sensibles como la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la migración ilegal ha vuelto a los niveles habituales. La cooperación entre Rabat y Madrid ha permitido en los últimos meses rebajar los niveles migratorios en la ruta del Estrecho, aunque las cifras siguen marcando registros elevados en la de Canarias además de en Ceuta y Melilla.

A juzgar por su palabras, Sánchez ha aceptado "gustosamente" la invitación de Mohamed VI -que, por primera vez, no recibió a un presidente español en visita oficial- y volverá "en próximas fechas" a Marruecos, que sería la tercera vez desde el pasado mes de abril un corto período de tiempo. Según el comunicado emitido el miércoles por el Palacio Real marroquí, la futura cita "será una oportunidad para reforzar aún más las relaciones bilaterales mediante acciones concretas marcadas por la eficacia y proyectos tangibles en ámbitos estratégicos de interés común".

Aplazada desde diciembre de 2020, la XII RAN ya es historia, a la que pasa con un balance modesto. Marruecos, el lejano vecino del sur, sigue siendo un gran desconocido para España, sus empresarios y su clase política, como no menos ignota sigue siendo a día de hoy la estrategia política y económica del Gobierno de Pedro Sánchez para el conjunto del Magreb.

Superados los apuros de la crisis bilateral con el apoyo a Rabat en el Sáhara y dinamitados los puentes con Argel -que somete a las empresas españolas al boicot comercial desde hace ocho meses-, el Ejecutivo sigue sin ser capaz de establecer una agenda nítida -ejecutada con firmeza- para la región más allá de evitar importunar las relaciones con Rabat. Algo que no pasa inadvertido para Mohamed VI, jefe del Estado y poder ejecutivo en su país, que sabe que muy pronto España tendrá cita con las urnas. El ritmo se seguirá marcando desde el sur.

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