España

La reforma de la ley del 'sólo sí es sí' extrema la tensión en el Gobierno

  • Podemos se opone a la proposición de ley del PSOE y alerta de que generará una "nueva ola de revisiones de condenas"

El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López, y la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, durante una rueda de prensa.

El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López, y la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, durante una rueda de prensa. / Gustavo Valiente / EP

Las diferencias en torno a la reforma de la ley del sólo sí es sí que han llevado al PSOE a presentar en solitario una proposición de ley supone uno de los choques más graves entre los socios de la coalición, pero desde ambas partes se lanza el mensaje de que no hay un riesgo de ruptura.

A lo largo de la legislatura se han sucedido los roces entre la parte socialista y la de Podemos a cuenta de diversos asuntos, y en Moncloa se admite que es el momento más tenso.

Ni entre los socialistas ni en Unidas Podemos creen que el choque acabe en ruptura. El Ministerio de Irene Montero cree que el cambio propuesto vuelve "al Código de 'la Manada"

Mientras tanto, desde la formación morada sitúan este encontronazo al nivel de otros anteriores como los que hubo por la ley trans, el aumento del gasto en defensa o la salida del rey emérito de España sin que fueran informados previamente.

"No podíamos esperar más. No se podía marear más la perdiz. Era inaplazable presentar ya la propuesta de reforma", señalan a Efe fuentes del ala socialista ante la falta de acuerdo con Podemos para hacer frente a lo que consideran efectos indeseados de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual.

La intención inicial era presentar la propuesta de modificación el pasado viernes, pero en aras de hacer un último intento de acuerdo con Podemos, se pospuso hasta este lunes.

Aunque el consenso no se ha logrado, desde Moncloa se recalca que no van a entrar en un enfrentamiento con sus socios de coalición, sino que lo que se va a hacer es contar lo que se hace y por qué.

Recalcan que el debate existente en la actualidad no es político porque las dos partes están de acuerdo en la bondad de la ley, sino que es una cuestión jurídica y técnica.

Es decir, se pretende corregir lo que admiten que ha sido un error, porque ha propiciado la rebaja de penas de agresores sexuales, pero sin alterar el espíritu de la ley y sin poner en duda todo lo bueno que aporta.

La consigna de no entrar en el cuerpo a cuerpo con Podemos evita que respondan a críticas de este partido como las que les acusan de querer volver, con el apoyo del PP, al Código Penal de la sentencia de la Manada.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha evitado entrar públicamente en la disputa tras dar la orden de que se presentara ya la proposición, y no ha hecho comentario alguno al respecto en el acto al que acudió en el Ministerio de Asuntos Exteriores ni tampoco en los márgenes del mismo.

Hay afirmaciones tajantes en la parte mayoritaria del Gobierno de que, pese a la situación, la coalición no está en peligro, y en Podemos se comparte esa idea, aunque públicamente haya voces que evitan darlo por hecho para evidenciar su malestar por la actuación unilateral socialista.

Así, la secretaria de Acción Institucional de Podemos, María Teresa Pérez, no quiso dar por sentada la continuidad de la coalición al ser preguntada hasta en cinco ocasiones si este choque podría suponer una ruptura.

Una posición diferente a enfrentamientos anteriores por otros asuntos y ante los que sí habían descartado de plano que el Gobierno estuviera en riesgo.

Pero fuentes del partido, más allá de hacer visible el enfado, han alejado el escenario de una hipotética ruptura.

Públicamente, se ha sumado a la tesis de la continuidad el presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, quien ha asegurado que la coalición "no está en riesgo".

Lo afirman la Moncloa y algunos ministros, como el de Agricultura, Luis Planas, quien, en declaraciones a los periodistas, ha señalado que "en absoluto" hay peligro de divorcio entre los socios pese a los "agoreros".

La parte socialista insiste en la idea que ha puesto sobre la mesa ante cada choque con Podemos de que es normal que haya diferencias en un Ejecutivo de coalición formado por dos partidos distintos.

Y reiteran que las discrepancias sobre la ley del sólo sí es sí no son de carácter político y por eso deberían ser más fácilmente superables que otras anteriores.

Afirman además que seguirán intentando que Podemos se sume a la propuesta socialista y tienen el convencimiento de que, a la espera de ello y del respaldo que el PP puede dar al texto, hay otros aliados parlamentarios que también lo secundarán.

La reacción del Ministerio de Igualdad en cualquier caso demuestra que hay mucha distancia entre ambas posturas. En el departamento que dirige Irene Montero descartan dimisiones después de que el PSOE haya presentado en solitario una reforma de la ley del sólo sí es sí que, a su juicio, supone regresar al "Código Penal de la Manada" y podría incluso llevar a nuevas revisiones de condenas: "Hoy más que nunca tenemos que estar aquí".

Su objetivo, según ha explicado a los medios la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, es seguir trabajando para llegar a un acuerdo que "evite el retroceso que se está planteando en este momento" y defender que la falta consentimiento, y no la violencia y la intimidación, siga siendo el elemento que defina una agresión sexual.

En el Ministerio, ha apuntado, se sienten "tristes" y "preocupadas" por la reforma diseñada por Justicia y el PSOE, pero van a seguir buscando un acuerdo porque consideran que el regreso al anterior modelo supone "un retroceso para los derechos de las mujeres" y la vuelta "a la revictimización de tantas mujeres que han sufrido una agresión sexual".

No comparten el fondo de la reforma y alertan además de que podría desencadenar en el futuro nuevas revisiones de condenas.

La reforma recoge la disposición transitoria quinta del Código Penal, que señala que se mantendrá la pena si está dentro de la horquilla imponible con la nueva ley. Tribunales que han descartado revisar penas aplicando esa disposición, podrían entender ahora que durante la vigencia de la ley del solo sí es sí ese principio no estaba en vigor, lo que abriría la puerta a revisiones a la baja.

Rodríguez, acompañada de la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, defendió la ley del sólo sí es sí, que puso el consentimiento en el centro, como "uno de los mayores acuerdos" del gobierno de coalición.

Y ha recordado que el grupo de expertos que analizó la aplicación del Convenio de Estambul alertó de los problemas de centrar los delitos sexuales en la violencia y la intimidación, ya que la mitad de las víctimas sufren un "miedo paralizante" ante una agresión sexual que les impide ofrecer resistencia y podre mostrar pruebas de esa violencia.

Ha puesto como ejemplos casos de mujeres violadas durante años por sus maridos, mujeres con discapacidad sometidas a agresiones sexuales o menores agredidas por un padre o un profesor y que no muestran signos de violencia. "¿Son menos graves estos casos?, se ha preguntado.

Introducir en el esquema de nuevo la violencia, la intimidación y la anulación de la voluntad de la víctima como una tipo agravado de agresión sexual, insistió Rosell, es "el modelo contrario" de la ley del sólo sí es sí, con los consiguientes efectos "dañinos" para las mujeres.

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