x aniversario del 11-m

"Fue terrible, Madrid quedó dolido"

  • Ruiz-Gallardón, entonces alcalde, subraya la solidaridad y la respuesta de la ciudad ante la tragedia.

Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid el 11 de marzo de 2004 cuando la capital sufrió el mayor atentado en la historia de España, asegura que la masacre ha dejado vivas tres memorias: el dolor inmenso, la solidaridad "formidable" de toda una ciudad y la eficaz respuesta a una tragedia de esa magnitud.

Ruiz-Gallardón recuerda las explosiones que aquel jueves de marzo sembraron las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo de cadáveres de personas inocentes y varios cientos de heridos. "Fue un día terrible", resume el actual ministro de Justicia al rememorar aquel trágico día, que para él comenzó en torno a las ocho menos cuarto de la mañana cuando una llamada de su entonces concejal de Seguridad, Pedro Calvo, le avisó de que había estallado una bomba en Atocha, pero que, en principio, podía estar tranquilo porque parecía que no había víctimas.

A esa llamada le sucedieron otras muchas apenas minutos después. Las cifras de fallecidos no dejaban de elevarse, asegura Ruiz-Gallardón antes de reconocer que en la estación de Atocha vivió la experiencia "más dura" de su vida profesional y personal.

"Había asistido a muchos escenarios en los que se habían producidos atentados de ETA y en los que había muchos muertos en las calles de Madrid, pero nunca había visto morir a gente. Eso es lo que me pasó el 11M", confiesa el ex alcalde.

No menos horribles fueron las horas que estuvo en el pabellón 6 de Ifema donde quedó instalada la morgue y donde sintió el "profundo" dolor de las familias a las que les comunicaban que sus hijos o padres estaban en esa "lista macabra".

"Madrid quedó dolido. Se notaba en las calles, en las miradas de la gente. Desaparecieron las risas, desapareció la alegría de la ciudad. Todo el mundo se sentía afectado", relata.

Y es todo ese dolor el que refleja la fotografía que Ruiz-Gallardón hace del 11-M una década después. Una instantánea en la que no olvida la reacción de "serenidad", de "solidaridad" y de "eficacia formidable" de toda una ciudad y de su personal sanitario y policial, que dio ejemplo no solamente a España, sino al resto del mundo.

De ello, continúa, "no tenemos ningún mérito quienes estábamos al frente de la administraciones, porque la respuesta no fue de arriba a abajo, sino de abajo a arriba". Una respuesta que con igual contundencia se dio a los terroristas.

"Uno de los objetivos del atentado, además de hacer daño, era crear odio, un sentimiento antimusulmán, una división en la sociedad española para seguir justificando las barbaridades dentro de esa estrategia del yihadismo", pero tanto la comunidad musulmana como el resto de la ciudadanía demostraron con sus acciones que no iba a caer en "la trampa del racismo, la xenofobia y el odio", subraya el ministro.

Hay quien piensa que de la masacre sólo nos acordamos cada aniversario, pero policías, personal del Samur, bomberos, médicos, enfermeros, taxistas o él propio Ruiz-Gallardón son conscientes de haber sido partícipes de algo que, sin duda, "marcó nuestras vidas".

El 11-M dejó a 89 personas inválidas o con un alto grado de incapacidad física que supuso, en un tercio de los casos, la inhabilitación total para trabajar. Según Interior, de las 2.084 de las personas que resultaron heridas en los atentados, 1.758 solicitaron ayudas económicas. La mayoría de afectados eran de clase media trabajadora que se dirigía a sus lugares de trabajo, aunque también viajaban en los trenes en los que explosionaron las bombas ciudadanos en paro y estudiantes. Así, el 78% de las víctimas tenían entre 36 y 65 años, el 17% se situaban entre los 21 y 35 años (en su mayoría estudiantes) y el 5% eran mayores de 65 años.

Interior ha concedido indemnizaciones y otras ayudas de tipo sanitario, psicológico o educativas a los heridos y familiares de los 192 fallecidos por un importe total de 318,2 millones, de los que la mayoría, 315, corresponden exclusivamente a indemnizaciones directas abonadas a los 1.758 heridos o familiares de los fallecidos.

Alberto Ruiz-Gallardón durante un momento de la entrevista.

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