Feria de Jerez

Jueves de Feria: La fórmula de la Coca Cola

Mujeres en coche de caballos este jueves de Feria de Jerez.

Mujeres en coche de caballos este jueves de Feria de Jerez. / Manuel Aranda

No es un error. Esto que leen es la crónica del jueves de Feria, una de las jornadas a priori más “tranquilas” de esta fiesta. ¿Y ese titular para hablar de la Feria del Caballo, digna fiesta al flamenco, a los vinos de la tierra, al buen gusto en el vestir, oda a las casetas bonitas? Vayamos por partes. Para empezar, podría haber arrancado esta prosa con un ‘Ay, pena, penita, pena’ siguiendo con el homenaje a la gran Lola Flores en el centenario de su nacimiento, pero antes de lamentarse quizá haya lugar para la reflexión.

Vaya por delante que la de Jerez es la mejor Feria. Desde hace ya años puede considerarse así. No en vano, en 1993 fue declarada de Interés Turístico Nacional.

Aunque las comparaciones y la polémica siempre están servidas, su éxito es innegable. Prueba de ello es que desde muy temprano, en Jerez se oyen voces de hombres o mujeres entonando sevillanas. Ni siquiera los apagones de luz intermitentes en ciertas casetas, ni un camión que accidentalmente se lleva por delante una parte del alumbrado pusieron freno al buen ambiente y a las ganas de disfrutar del jueves de Feria.

Ahora bien, el éxito de la Feria de Jerez, hasta en la jornada de transición del jueves, no es como el de la fórmula de la Coca Cola, hasta ahora desconocida. En Jerez, Andalucía y en cualquier rincón del mundo saben cuál es la fórmula que ha llevado al éxito de esta Feria y que, ojalá, no la lleve a la muerte.

El González Hontoria lleno este jueves. El González Hontoria lleno este jueves.

El González Hontoria lleno este jueves. / Manuel Aranda

El brillo del Real, cuyo millón y pico de bombillas que volvió a encenderse el jueves, se vio empañado por personas con atuendos de dudoso gusto: hombres con pantalón corto, en exceso informales tanto ellos como ellas. Lástima... No hay mejor oportunidad para lucirse, no existe mejor pasarela que caminar con el guapo por las nubes sobre el albero de la Feria de Jerez.

El flamenco y los espectáculos en directo, son otro factor que atrae a propios y extraños. Sin embargo, cada vez escasean más dando mayor cabida a la música comercial de discoteca. Hoy, asombrosamente, era posible entrar en una caseta a almorzar en torno a las tres de la tarde y oír ‘reggaeton’, a pesar de la normativa. Una pena, además, dado que no se trata de un caso aislado.

El paseo de caballos también brilló este jueves con jinetes y amazonas impolutos, coches de caballos que parecen sacados de una gran producción Hollywoodiense. Una pena ver que alquilen sus servicios clientes vestidos sólo de cintura para abajo. A lo mejor no sólo habría que pedir requisitos de indumentaria a quienes ofrecen este paseo por el Real.

Joven se fotografía delante de los toneles. Joven se fotografía delante de los toneles.

Joven se fotografía delante de los toneles. / Manuel Aranda

Los jerezanos y jerezanas, así como los vecinos y extranjeros admiran las fachadas de las casetas, bueno de la de la mayoría. Hay algunas que parecían una carpa desmontada como consecuencia de un tornado a principios de semana y este jueves, pasado el ecuador de la fiesta, luce el mismo aspecto. Quizá el Ayuntamiento tenga algo que decir, quizá... pues es una pena. Y, por supuesto, resultan realmente dignas de admirar y visitar, siempre que lo permitan sus responsables, ¡ejem...!

Flaco favor hacen a la mejor Feria convirtiendo así su caseta, en un mero club social que se traslada por unos días al González Hontoria reventando así, la fórmula de su éxito con sevillanas maneras

La fórmula del éxito de la Feria del Caballo, lo que hoy nos encontramos en el Parque González Hontoria tiene su germen en el año 1985, en la época de Pedro Pacheco como alcalde de mayorías absolutas. Dos años después, en 1987 se ordenó la apertura generalizada de las casetas, acabando de esta forma con la distinción entre casetas públicas y privadas. Y esta, sin duda, es la característica, la constante de la fórmula de la Feria de Jerez que la convierte en la mejor, dado que las demás variables, en mayor o menor medida, se dan en eventos similares. Pues bien, muchas voces se alzan, y así ha sido comprobado, que alguna caseta incumple la ordenanza y restringe el acceso, con más o menos maña, a quienes no son socios, con personal que, de lo más educado, impide el paso invitando a volver más tarde, a ver si hay suerte... Eso, querido lector, este jueves de Feria. Puede, incluso, que tenga un premio a la mejor caseta y no se pueda ni observar, eso sería cuando menos contradictorio, además de suponer una infracción grave. Flaco favor hacen a la mejor Feria convirtiendo así su caseta, en un mero club social que se traslada por unos días al González Hontoria reventando así la fórmula de su éxito de sevillanas maneras. ¡Ay, pena, penita, pena!

Polémicas y privatizaciones encubiertas o no al margen, el jueves fue otro día grande, con gente en el Real que aprovechó otro día de jolgorio. También acogió la final de Doma Vaquera y su entrega de premios. Queda así todo listo para brindar con un jerez mañana viernes durante uno de los grandes hitos de la historia: la entrega del Premio Caballo de Oro 2022 a la jinete Belén Bautista, la única mujer profesional de la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.

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